¡Diablos!

Darryl se quedó estupefacto, pensando que debió haberla oído mal.

‘¿Así es como ella me pide ayuda para librarse de los malos espíritus en su cuerpo? ¡Qué arrogancia!’.

Darryl sonrió levemente. Luego, asintió y dijo: “Está bien”. Caminó hacia adelante y se sentó con las piernas cruzadas frente a Xenia.

Luego, le robó otra mirada a las encantadoras curvas de Xenia.

Xenia se mordió los labios con tanta fuerza que casi empezaron a sangrar. Se sintió avergonzada y enfadada. Ella gritó: “Darryl, esta es tu última advertencia. Será mejor que me ayudes a hacerlo correctamente y no tengas otras ideas en la cabeza. ¡No te atrevas a mirarme!”.

“Xenia, te estás poniendo difícil. ¿Cómo se supone que voy a ayudarte a deshacerte de los espíritus malignos si no te miro? ¿No sería aún más vergonzoso si tocara el lugar equivocado?”.

“¡Deja de hablar y empieza ahora!”.

“¿Cómo puedes ser tan feroz cuando necesitas mi ayuda?”.

“Tú…”.

Tara-tara…

De repente, escucharon pasos c