Xenia no le tenía piedad a Darryl porque había matado a su hermana. Pensaba que Darryl merecía morir diez mil veces. Por lo que su hermano mayor, un enviado del Rey de los Muertos, tampoco merecía compasión.

El bello rostro de Yennie estaba ceniciento. Asintió y retiró su espada larga para luchar contra Chester.

"Tú...".

Chester se sorprendió y se enfadó al ver cómo resultaron las cosas; al mismo tiempo estaba muy ansioso.

'¡M*erda! ¡Soy inocente! ¡Tendría tan mala suerte si destruyen mi alma y me voy para siempre!'.

Chester lo pensó y quiso luchar desesperadamente, pero no podía mover ni un dedo porque Xenia había sellado sus puntos de acupuntura.

Bzz...

Sin embargo, en ese momento, una ráfaga de viento sopló en el bosque cercano. Pronto surgieron sombras negras.

Xenia percibió la extraña situación y detuvo su mano en el aire. Tanto Yennie como ella se sorprendieron cuando miraron en la dirección del ruido.

Sus rostros palidecieron al ver las malvadas sombras oscuras