Por supuesto, Darryl sabía que Calle Atlántica estaría rebosado de personas. ¿Cómo era posible que Paul reservó toda la calle?

Luego, su teléfono sonó. Era de Lily.

Lily preguntó, “Darryl, ¿has salido de la biblioteca?”.

Lily estaba caminando por Calle Atlántica cuando pensó en llamar a Darryl. ¡Ella no esperaba que él contestara! Darryl se rio al escuchar el ajetreo y el bullicio de la multitud en el lado de Lily. “Sí, ¿dónde estás?”, él respondió.

“Estoy en Calle Atlántica con Jade y Phoebe. ¡Está lleno de gente aquí! ¡Ven a buscarnos!”, Lily exclamó esperanzada.

¿Cómo podía Darryl decir que no? “¡Ok! ¡Espérame!”, él respondió.

Lily colgó la llamada con la cara llena de alegría. ¡El hecho de que podía ver a Darryl dentro de poco la hizo desmayarse!

El taxi que paró Darryl apenas había llegado a Calle Atlántica cuando se atascó en el tráfico. Darryl se bajó y caminó entre la multitud. Había muchos puestos; los vendedores gritaban para atraer clientes. Filas de linternas decorab