Fuu.

Una sombra oscura se acercó en silencio. La figura, elegante y atractiva, tenía una mirada decidida.

Era Darryl. Se enfadó cuando se enteró de que Zhang Jue estaba en el Palacio de Lotar. Pensó que era una osadía por parte de Zhang Jue descansar en los aposentos de la Emperatriz Chang Er y que ese comportamiento no sería tolerado.

Decidió que tenía que deshacerse de Zhang Jue como fuera esa misma noche. Luego, en la Conferencia Suprema, les diría a todos la verdad y limpiaría su nombre.

Pronto, Darryl llegó a la entrada del Palacio de Lotar sin ser detectado por los guardias del palacio.

En ese momento, para horror de Darryl, escuchó una voz deprimida y suave que provenía del palacio. La persona sonaba adolorida, como si se tratara de un cierto poder mágico. Darryl se estremeció de asombro.

Darryl frunció las cejas. ‘¡Zhang Jue está siendo revoltoso en la alcoba de Chang Er!’.

No tuvo tiempo de pensar antes de entrar a toda prisa en la alcoba. Atravesó unas cuantas corti