Después de que Constantino y los demás se fueron, Reddy y las discípulas finalmente recuperaron sus pensamientos. Estaban felices y emocionadas, todas celebraron.

“¡El Tío Mayor es fantástico!”.

“Eso fue genial. ¡Esas Hierbas de Hadas de Cristal nos pertenecen ahora!”.

“Se supone que debían ser nuestras desde el principio...”.

Una sonrisa apareció en el rostro de Zoey y, al mismo tiempo, miró a Darryl con sentimientos encontrados.

Él no solo tenía habilidades médicas excepcionales, sino que también estaba dotado en la producción de elixires. Las habilidades de su hermano menor se volvían cada vez más y más inesperadas.

Reddy y las discípulas pronto reunieron toda la Hierba de Hadas de Cristal y reanudaron su viaje.

Darryl, Zoey y las demás llegaron a la Ciudad Real de Moana del Norte unas horas después.

¡Hahh!

Darryl tomó una profunda respiración al acercarse a la entrada de la ciudad y vio las concurridas calles frente a él. Una tristeza insondable lo invadió.

Como se pudo a