Casi sin poder contener su emoción, Zhu Bajie no tardó en prepararse para marcharse.

Justo cuando estaba a punto de salir de la mansión de la familia Yach, Cheyenne se dio cuenta de que se iba y no lo dejó irse sin ella. Puede que Cheyenne sea una chica muy culta, dada su identidad como hija mayor de la familia Yach, pero siempre le habían apasionado las aventuras y, ahora que se le había presentado la oportunidad, no iba a dejarlo ir.

Por mucho que lo intentara, Zhu Bajie no pudo convencerla de que se quedara y acabó llevándola con él. Media hora más tarde, Zhu Bajie y Cheyenne comenzaron a dirigirse hacia el Continente de Moana del Norte, siguiendo la pista de los dos discípulos de antes.

Cuando Yang Jian aún estaba vivo, todas las personas del Continente Moana del Norte iban detrás de Zhu Bajie. Naturalmente, ya no tenía nada que temer ahora que habían pasado tres años desde la muerte de Yang Jian.

¡Guau!

En el instante en que salieron de los suburbios, el corazón de Cheyen