’¿Qué debería hacer?’.

Ring, ring, ring...

En ese momento, pudo oír las vibraciones procedentes del suelo sólido bajo sus pies. El temblor no era especialmente fuerte, pero Darryl podía oírlo.

‘M*erda, ¿qué está pasando?’.

Darryl estaba perplejo. Rápidamente miró hacia abajo. Su mirada se desvió hacia el suelo, donde observó un agujero de aproximadamente medio metro de diámetro perforado en el suelo de piedra bajo sus pies. A continuación, una figura bajita y diminuta se arrastró fuera de él.

Se trataba de un hombre de unos cuarenta años, vestido con cuero ceñido al cuerpo, con cara de rata, boca puntiaguda y mejillas anchas.

Era Tu Xingsun. Ellos se habían encontrado varias veces en el Continente Moana del Norte.

‘M*erda, ¿es él?’.

Darryl se quedó atónito cuando vio a Tu Xingsun.

"Tch, tch, tch...". Tu Xingsun se quitó la tierra del cuerpo a golpecitos y escupió la suciedad de sus labios mientras murmuraba para sí mismo: "Qué sitio tan asqueroso, se necesita tanta energía sol