Todos se quedaron boquiabiertos. ¡Realmente era una princesa con una belleza acorde con el título! Ambrose también estaba fascinado por Heather y no pudo evitar robarle algunas miradas. Entonces, sonrió y dijo: "No tengas miedo; estamos aquí. Ahora estás a salvo".

Ambrose se volteó para mirar a Dragón Oculto y a Dixon en su acalorado duelo. Bam, bam, bam... Ondas de energía interna vibraron entre esos dos. La ira se apoderó de Dragón Oculto al pensar en cómo Dixon lo había derrotado una vez. Tenía que ganar para superar esa vergonzosa experiencia. Dragón Oculto estaba orgulloso de ser el rey del océano que podía dominar a cualquiera en las batallas en el agua. Sin embargo, Dixon se mantuvo sereno todo el tiempo, especialmente con la ayuda del gigantesco tiburón que montaba. No se sentía amenazado en absoluto, y poco a poco comenzó a ganar la ventaja. No sabían que se estaban acercando a un enorme remolino no muy lejano.

"¡Hermano Dragón!". Ambrose se sintió inquieto al ver el remolin