Darryl se enfureció cuando se dio cuenta de que Quincy no confiaba en él y casi se rio a carcajadas. “Princesa, ¿está tan segura de que perdería contra Yang Jian?”.

Le entraron ganas de reír.

¿Acaso era una broma? ¿Quiso decir que podría defenderse de Yang Jian?

La multitud se rio a carcajadas.

En ese momento, Quincy también se rio con enojo. Luego, su expresión se tornó seria y dijo: “Darryl, el Mundo de las Nubes del Sur está en una situación de vida o muerte. No tenemos tiempo para tus juegos”.

Darryl sonrió con furia. “Princesa, ¿por qué no hacemos una apuesta?”.

Una apuesta?

Quincy frunció el ceño y dijo con sequedad: “¿Qué estamos apostando?”.

“Apostemos a que puedo defenderme del Ejército de Moana del Norte”. Darryl sonrió con confianza.

Quincy lo había menospreciado desde siempre. Tenía que dejarla presenciar sus verdaderos poderes.

Darryl había memorizado por completo las Formaciones Bai Qi, los cuales no serían un problema utilizarlos al enfrentarse al ejército de Y