En ese momento, Zhu Bajie miró a su alrededor y Diana atrajo su visión.

‘¡Hermosa! ¡Qué hermosa!’.

Diana tenía puesto un vestido largo y negro, luciendo elegante y grandiosa; encajaba perfectamente con su aura helada. Tanto Shentel como Diana tenían sus cualidades únicas si se las comparaba.

Zhu Bajie era una persona lasciva y sus ojos se enderezaron al ver la belleza de Diana.

La mirada de Zhu Bajie hizo que Diana se sintiera incómoda. Sin embargo, ella siguió adelante y esbozó una sonrisa. “Honorables invitados, perdónenme si fuimos descorteses al recibirlos”.

Diana se presentó: “Soy Diana Olsen, Maestra del Altar de la Madera Celestial. ¿Puedo saber quiénes son ustedes?”.

Diana se sintió avergonzada cuando dijo la última frase. Ella era la Maestra del Altar de la Madera Celestial, pero no conocía a los amigos del Santo Maestro. Era una pena, pero no tenía otra opción. Ella solo se había unido a la Secta de los Santos Sagrados durante un par de años. Aunque Zhu Bajie era amigo