Harvey se sintió resentido al notar cómo su maestra había apreciado a Darryl.

No podía comprender, ¿por qué su maestra adulaba a un simple pescador?

Darryl ignoró la mirada de Harvey. Miró a su alrededor y vio a los discípulos del Altar de la Madera Celestial y a los demás discípulos de los otros cuatro Altares de Rama mientras trasladaban las cosas a los barcos de forma ordenada.

La mayoría eran cadáveres de Bestias Encantadas del Mar. Debía haber cientos y miles de ellos, la pila de cuerpos era tan alta como una pequeña montaña, lo cual era horroroso.

‘¿Tantas Bestias Encantadas del Mar?’.

Bajo una intensa conmoción, Darryl adivinó que aquellos discípulos de la Secta de los Santos Sagrados debían de haber ido a la isla desierta para hacer una prueba, y su objetivo era probablemente matar a una Bestia Encantada del Mar.

Darryl revisó inmediatamente sus alrededores. Se percató de que el extremo sur de la pequeña isla era un terreno abierto. Era un hábitat adecuado para una