Darryl continuó dándose la vuelta para ver el estado de Yvette. Su rostro se había vuelto aún más pálido, por lo que le preocupaba que se desmayara pronto.

“Madre Emperatriz”.

Yvette se mordió los labios y dijo débilmente: “Si no quieres que Darryl te lleve, aún puedo... puedo aguantar...”. Su voz era suave; estaba exhausta.

Yvette se sintió conmovida cuando Darryl se ofreció a llevarse a la Emperatriz consigo.

Sin embargo, no había nada que pudieran hacer si la Emperatriz no estaba de acuerdo con ello.

“Esto...”

La Emperatriz estaba en un dilema; podía ver que Yvette estaba exhausta. No parecía que pudiera aguantar mucho más.

No obstante, no podía aceptar la distancia cercana entre ella y Darryl si se la llevase mientras nadaba hacia la isla.

¿Había alguna salida a ese problema?

La Emperatriz miró a Darryl con arrogancia. “Libera mis puntos de acupuntura; puedo nadar por mi cuenta”.

Cuando los cuatro hermanos Scope la rescataron del palacio, ellos sellaron sus pun