Al ver que la situación empeoraba, Donoghue le gritó a Shentel: “Shentel, tienes que irte. ¡Te encontraré más tarde!”.

‘Shentel no era lo suficientemente fuerte. No puedo permitir que Pixiu la lastime’, él pensó.

“¡No!”. Shentel negó con la cabeza en preocupación. “No, querido. No me iré. Retirémonos si está muy difícil”.

El Pixiu era solo una bestia encantada que custodiaba la antigua tumba. ¡No había necesidad de quedarse allí!

Donoghue negó con la cabeza firmemente: “¡No, debo controlarlo!”.

Él era el Primer Ministro y poseía el Hacha Rompecielos. ¡No debía ser derrotado por una bestia feroz y escaparse! ¡Debía capturarlo vivo!

Luego, Donoghue le dijo a un hombre vestido con una camisa negra: “Ted, lleva a mi esposa a un lugar seguro. ¡Apresúrate!”.

Ted era el guardaespaldas de Donoghue y también su socio de confianza. Él era un Emperador Marcial Nivel Uno.

“¡Sí, Primer Ministro!”. Ted respondió y se apresuró hacia Shentel: “Señora, debemos irnos rápido. El Primer Ministro t