Darryl se rio entre dientes mientras consolaba a Monica. “Querida, no estés nerviosa. ¡El Maestro es un tipo amable y agradable!”.

Darryl abrazó a Monica en sus brazos mientras saltaba del acantilado.

¡Woohoo!

Monica podía oír los silbidos del viento en sus oídos mientras apretaba sus brazos alrededor de la cintura de Darryl. Ella estaba algo nerviosa de experimentar la caída.

Si fuera alguien más quien saltara desde una altura tan grande, seguramente se caerían en pedazos.

Sin embargo, cuando ella vio la sonrisa confiada de Darryl, Monica suspiró aliviada de inmediato. Al mismo tiempo, ella se sintió contenta de tener a un hombre tan confiable y capaz.

Pronto, ellos aterrizaron de pie. Darryl tomó la mano de Monica en una mano y sostuvo el vino y el pollo asado en la otra. Luego, él caminó hacia el cañón con una gran sonrisa en su rostro.

Mientras se dirigían a ver a su maestro, Darryl gritó jovialmente: “¡Maestro, Maestro! ¡Estoy aquí para verte!”.

Monica, por otro la