Ambrose no se preocupó por los otros cultivadores en ese momento, ya que ellos estaban ocupándose de sus propios asuntos después de todo. Ellos estaban capturando a su bestia mientras que él capturaría a la suya.

Ambrose no podía reprimir la urgencia en su corazón con ese pensamiento en mente y rápidamente se fue a explorar el antiguo campo de batalla.

Sin embargo, él estuvo en el campo de batalla durante casi una hora, pero ni siquiera vio a una sola bestia encantada. Las bestias encantadas quizás estaban asustadas y escondidas ya que había demasiados cultivadores alrededor.

Todo el antiguo campo de batalla estaba en ruinas, con paredes rotas y tejas por todas partes encima de viejas armas rotas esparcidas. Debido a la antigüedad, la mayoría de esas armas se habían deteriorado más allá del reconocimiento y eran completamente inservibles.

Aparte de esos, Ambrose no vio ni una sola bestia encantada.

Ambrose se preparó para buscar un lugar donde descansar y continuar su búsqueda al