[ARCEL]

Si antes mamá estaba pálida, se veía aún más pálida cuando me vio y se dio cuenta de que había descubierto su secreto.

—No... ¡Dios mío! —Dejó caer su celular y se tapó la boca mientras me miraba fijamente.

Sus lágrimas caían aún más mientras me miraba.

—Arcel... —sollozaba, mi nombre atorado en su garganta. Se levantó rápidamente y corrió hacia mí. Me abrazó con fuerza mientras ambos llorábamos. La única diferencia era que yo permanecía en silencio, mientras el llanto de mamá era ruidoso—. Lo siento. Oh, Dios. ¿Qué hice? No debías saber eso. No...

Mamá seguía repitiendo, como si no quisiera contarme…o contarnos…sobre eso. Ahora que lo supe, lamentaba que lo supiera, aunque no era su culpa el que lo hubiera descubierto. Yo era el que había planeado enterarme de todo sobre ella porque me preocupaba, y ahora que lo sé, no entiendo qué debo sentir.

Verdaderamente, la ignorancia es una bendición. Cuando no conoces la verdad, tu vida es más tranquila y pacífica.

Mamá se separó de mí