Capítulo cuarenta y dos
Pov Jexi
Me estoy ahogando.
Llevo horas metida en el maletero del coche con Derly desmayada en mi espalda.
El dorso de mis manos y pies arden por el constante contacto de la soga fuertemente apretada para no soltarme, hace rato ya deje de luchar con la mordaza en la boca y solo lucho por respirar lo poco que me queda de aire.
Mi nariz pica al verme en esta situación, pero evito llorar para no empeorar. Elián, ¿dónde estás?
Te necesito.
Fally dejo de hablarme hace horas y mi única esperanza aquí es que él venga a buscarme, ya que no pude defenderme cuando tuve la oportunidad aún estando en casa.
Flashback
—Neftali, —sonríe con malicia —ya sabes que hacer.
Capítulo cuarenta y tresDespierto gracias a un gran peso sobre mi mano y abro los ojos poco a poco para acostumbrarme a la luz.Mi cuerpo se siente molido, pero la sensación agradable de las sábanas suaves donde estoy me reconforta.Bajo la vista a la persona dormida sobre mí y sonrío viendo la perfección en su máximo esplendor. Cabello revuelto, pestañas largas, nariz perfilada, labios semi-abiertos, mandíbula marcada y sobre todo esa piel de porcelana algo bronceada.—Que guapo eres —niego y Elián intenta disimular su sonrisa y fingir que sigue dormido, —te quiero —digo rápidamente y en cuestión de cero coma lo tengo totalmente despierto mirándome fijamente.Escondo lo sonrisa y desvío la vista a otro lado. —¿Qué dijiste? —cu
Capítulo cuarenta y cuatroTengo que hablar con Derly.Esa es la única manera de distraerme y no pensar en que Elián, justo ahora, está en una misión suicida.Termino de comerme el plato de cereal a las una de la tarde y lo dejo en el fregadero, lavo mis manos y cierro el grifo antes de ir a la sala donde está nuestra luna caminando de un lado a otro.Le está haciendo un agujero al piso de tanto ir de un lado a otro.Cállate, Fally.Pero yo solo digo... Mejor me callo, no vaya a ser que una cara pájaro por ahí me diga más de cuatro cosas.—¿Está bien? —preguntó lo primero que se me viene a la mente y ella niega comiéndose las pocas uñas que tiene.—No, no estoy nada bien, porque
Capítulo cuarenta y cincoSigo en shock.Y aún no me termina de convencer todo lo que dijo.¿Por qué si es mi madre hasta ahora me viene a decir todo esto?¡Ahhhh!Tengo la cabeza hecha un lío entre lo de Elián y ahora esto, y lo peor del caso es que seguramente el señor Dornam ya ni esté entre nosotros para preguntarle como realmente fueron las cosas.—¿Aún sigues dudando sobre lo que te contó tu madre? —la luna soba mi cabeza y volteo hacia ella.Suspiro —No lo sé, no... No sé porque hay algo que me dice que aquí aún faltan piezas por armar.—¿Y no tienes a algún otro familiar que no sea tu papá? —la ex-luna Sara toma asiento e
Capítulo cuarenta y seisEl auto se estaciona de forma cruzada y bajo de este rápidamente, escucho los pasos de ellas detrás mío y abro las puertas de par en par viendo como baja la que dice ser mi madre con cientos de joyas y un vestido negro espectacular.—¿Me extrañaste?—Derly, ¿qué haces con esas cosas?—Solo estoy aprovechando ahora que somos familia de unos millonarios.—Deja eso en su lugar, tú no eres familia aquí de nadie y, —me pongo a la defensiva —¿Cómo es eso de que no soy hija legítima del señor Dornam? —ella frena su andar y me mira fijamente —¿Creíste que no me daría cuenta?—Así que has estado husmeando, eh. —termina de bajar las escaleras —pues es as&i
Capítulo cuarenta y sieteNunca creí estar en una situación de esta índole, pero supongo que tengo que recordar lo último que ella dijo.Confía en mí.Confiar no es el problema en esta situación, si no es que me he replanteado el hecho de que todos los Dhall están locos.El chico de ojos verdes me lleva en sus brazos mientras que su hermana va colgada prácticamente en su espalda gracias a la rapidez con la que este corre.¿Y por qué yo no corro?Simple y sencillamente porque a la hermana menor de él se le ocurrió una idea fantástica y me amarro de pies y manos para simular que me van a matar si la guerra va a favor de ellos y no de nosotros.Fue lo único que me dijo antes de entrar por las oscuras tierras inexploradas arriba de
Capítulo cuarenta y ochoPov EliánPerder a alguien debe ser demasiado duro y sinceramente no sé qué haría yo si Jex muriese algún día.Hasta pensarlo me da escalofríos.Zuani sale de la celda con sangre por todo el cuerpo y ropa, alzo las cejas expectativo y doy un largo suspiro, la atraigo hacia mí y sobo su cabeza sintiendo todo su dolor en el aire.—Él... —su voz se quiebra lentamente y sus lágrimas mojan mi camisa.—Tranquila. Llora, desahógate.Seca las lágrimas con el dorso de su mano y se separa, —No te preocupes, ya obtuve venganza y al menos eso me hace estar más tranquila —golpea mi hombro y me rodea con su brazo izquierdo para salir de las mazmorras, que por cierto, me notificaron que ambas personas i
Capítulo cuarenta y nuevePov JexiDecirle que lo quería fue mi mayor error en la vida.Ahora usa esa excusa para hacer conmigo lo que sea sin contenerse.Yo te veo con una tarta en la mano... Sepa dónde fue que te sentaste, cara mazorca.Ja, ja, ja, muy graciosa, Fally.Otra cosa de las cuales también tengo que hablar es de lo que pasó ese día, pero sinceramente no quiero recordarlo. Quiero hacer como si ese día no hubiese existido nunca.Tantas mentiras y enredos... No, ese día no existe.Y literalmente no existe si te dejaron durmiendo con la boca abierta en el suelo de solo un golpe, cara chancla.Exactamente.FlashbackYannick me suelta de brazos y pies con rapidez al ver como su familia o
Capítulo cincuentaCada quien hace lo que quiere en esta vida.Yo quise estar con él y aquí estoy, sola, sin alguien que me acompañe a dormir en esta cama gigantesca.No es por algo malo que él no se encuentra durmiendo conmigo, de hecho, diría que es algo bueno lo que justifica su ausencia, pero lo cierto es que lo extraño.Estiro el brazo notando su lado de la cama vacía y doy un largo suspiro antes de levantarme totalmente descalza a ver si ya ha terminado o está terminado.Salgo del cuarto y bajo las escaleras hasta el segundo piso, me encamino hacia el despacho y toco la puerta antes de entrar.—¿Romeo? —asomo la cabeza y cierro detrás de mí cuando aún lo veo con papales y más cosas en el escritorio.Me apro