Esta no es la primera vez que él me secaba el pelo con el secador, pero era muy gentil.

Mi cabello era grueso y largo, por lo que él tenía que secarlo con el secador durante casi media hora. Luego, lo cepilló con un peine y seguía siendo gentil con él.

Yo no dije nada. Finalmente cedió y preguntó: “Bel, ¿estás molesta conmigo?”.

¡Qué pregunta tan estúpida!

¡Él sabía que estaba enojada!

Adiviné que él no sabía qué decir.

¡Nunca le había dado la espalda así antes!

No le respondí, y de repente me abrazó por detrás, colocando su barbilla en mi hombro. Él suplicó con una voz atractiva: “Bel, por favor, no estés enojada conmigo más, ¿de acuerdo?”.

¡Era un golpe crítico!

¡Un Zachary como este era difícil de manejar!

Sin embargo, le guardé rencor porque él esperó en la Villa Shaw durante unas seis horas en vez de ir a ver sus niños. ¡¿Qué estaba pensando él?!

Estuve sin palabras.

¡Y enojada!

Me forcé a mí misma a mantener la calma y dije: “No estoy enojada”.

Hablé en un tono rígi