“Carol, entiendo el sentimiento de arrepentimiento. Debes de haber pasado por lo mismo con Dixon. Espero que no te arrepientas de tu camino en tu relación. Siempre te apoyaría para encontrar tu felicidad”.

Las palabras de la hermana Sheryl resonaban en mis oídos continuamente. Desde lo más profundo de mi corazón, el dolor por el que pasé cuando perdí a Dixon resurgió. ¡Era realmente insoportable y peor que la muerte!

Rápidamente colgué la llamada y abrí la puerta. Leo y el resto descansaban en la unidad de al lado. No quise molestarlos, así que me fui sola.

Mis pies estaban bamboleando cuando subí al ascensor y estaba en un pequeño estado de trance. Sacudí mi cabeza y fui al borde de la carretera a tomar un taxi.

No mucho después, alguien apareció a mi lado. Era un claro aroma conocido en mi memoria.

Miré a mi lado y me quedé aturdida: “¿Por qué estás aquí?”, pregunté.

La voz del hombre era inusualmente gentil mientras él explicaba: “Ayer por la noche, fue negligencia de la fam