Él murmuró ligeramente. “¿No quieres que me vaya?”.

“¿Cómo me dejaras ir?”, le pregunté con gran dificultad.

“Cuando dejes de estar con Zachary”.

“No lo haré…”.

Dixon se volvió y me interrumpió. Su mirada era penetrante y fría mientras se burlaba: “Solías decir que tampoco me dejarías. Carol, así como estás con Zachary ahora, así solíamos estar.

“Ya hice los preparativos para nuestra vida juntos. ¿Cómo puedo permitir que me dejes solo?”, me dijo él para recordarme.

Su cabello todavía estaba húmedo y desordenado, pegado a su frente. Yo quería decir algo más, pero de repente puso una sonrisa malvada.

“A menos que te destruya, nunca te dejaría ir fácilmente por el resto de mi vida”, dijo con una sonrisa.

Mi corazón se sobresaltó cuando lo escuché.

El pasado entre Dixon y yo… No teníamos muchos buenos recuerdos juntos, pero había sido amable conmigo. Solía ​​amarlo de una manera tan mezquina y baja, hasta el punto en que me perdí.

En ese momento, él era la persona más importan