Él le advirtió con una voz fría. “Por favor, vete”.

“Cedar…”.

“¿Quieres que me ponga grosero contigo?”.

…

Isabelle recogió algunas flores de ciruelo verde en el jardín de al lado. Las pequeñas flores verdes estaban agrupadas en pequeños racimos frescos. A Isabelle le gustó mucho.

Tomó las flores de ciruelo verde y volvió al patio de Cedar. Cuando llegó, vio a una mujer que salía tambaleándose de la habitación con el rostro pálido y los ojos llorosos.

Esa mujer odiaba a Zachary desde el fondo de su corazón. Ella estaba resentida con él por no mostrarle solidaridad en ese entonces. Ella lo odiaba por no ser misericordioso.

Ella se postró ante él, pero el hombre se mantuvo insensible y antipático.

Sin embargo, ese era el mismo hombre que se enamoró de una mujer divorciada. No solo consintió a esa mujer con todo lo que tenía, sino que había hecho lo mismo con su hija, lo que provocó que se volviera tan desaforada.

“¿Viniste a buscar a Cedar otra vez?”, preguntó Isabelle.

Isabel