Había estado inmensamente triste, ni siquiera era capaz de asimilar lo que Zachary había dicho, excepto que me preguntó si había estado dispuesta a olvidar a Dixon. Levanté mi cabeza y de repente la sacudí, “No, no estoy dispuesta a olvidarlo”.

No estaba dispuesta a olvidar a Dixon, independientemente de que él me haya dado felicidad o tristeza. Había compartido memorias con él que han sido parte de mi vida, ¿Cómo podía estar dispuesta a olvidarlo?

Seguía estando boca abajo en el mar de flores, retorciéndome violentamente. Zachary no me contestó. En su lugar, él comenzó a frotar mis sienes suavemente con sus dedos, y dijo, “Carol, duerme un poco”.

Esa noche, perdí la consciencia por haber llorado tanto. Cuando finalmente desperté, no estaba segura de qué día era, me sentí increíblemente débil. Rápidamente agarré mi celular y me fijé en la fecha.

Habían pasado tres días después del accidente de Dixon, había estado acostada inconscientemente en la cama por los últimos tres días. Me s