Ralph asintió tímidamente y dijo: "Me gusta".

Le dije a Zachary: "Se da cuenta cuando lo tratas bien. Alistense rápido. El Tercer Hermano está haciendo el desayuno y estará listo pronto".

"De acuerdo. Ya casi terminamos".

De repente, me acordé de algo y le pregunté: "Por cierto, alguien me dejó dos rosas delante de la sala VIP de la villa de la familia Sean en mi vigésimo sexto cumpleaños. Segundo Hermano, ¿fue tu parte?".

Zachary no lo admitió, pero tampoco lo negó. Me miraba fijamente con una expresión indiferente que era simplemente indescifrable.

Sin embargo, estaba segura de que había sido él, basándome en su reacción.

De repente, mi voz se entrecortó un poco al decir: "Segundo Hermano, estabas enfadado conmigo, pero aun así querías hacer algo bueno por mí. Lo siento mucho. Cuando pienso en lo que sucedió antes, me doy cuenta de mi error. Me siento culpable. Voy a asegurarme de no hacer nada que te haga daño nunca más".

Cuanto más me expresaba, más difícil se me hacía con