El sonido de las campanas era cada vez más fuerte en mi cabeza. Parecía que él tintineo llenaba todo el crucero.

Sacudía continuamente mi cabeza y escuchaba a Lucas. Él le dijo a Zachary: “Zachary, si no te vas, terminarás enterrado en el océano”.

¡¿Qué quiso decir Lucas con eso?!

Busqué el arma en el bolsillo de mi abrigo. Fue Zachary quien me la dio anteriormente. Él quiso que la guardara para protegerme.

Apreté mi puño y quise protegernos a mi y a Zachary.

Sin embargo, alguien sostuvo mi muñeca y dijo en voz baja: “Aquí estoy contigo, no la necesitas. Bel, se una buena chica. Te llevaré a casa ahora”.

Era la voz de Zachary.

Grité su nombre: “Segundo Hermano”.

“Mátalo…”.

De repente, ¡una instrucción se escuchó en mi mente!

Sacudí mi cabeza y me cubrí los oídos. Sin embargo, la voz seguía repitiéndo la palabra, mátalo en mi mente. No podía detener esa voz.

Seguía llamando a Zachary, pero no obtuve ninguna respuesta.

Todo lo que veía era una cara borrosa frente a mí. Apre