Yara no estaba segura de dónde conseguir las entradas. Ella llamó y preguntó por todos lados, pero no consiguió ninguna información útil. Eso no disminuyó su entusiasmo. En su lugar, solo la motivó aún más ya que era un reto.

Después de todo, entre más retador era, más interesante sería.

Yara hizo bastantes llamadas mientras estaba en el coche y hablaba con muchas personas. Finalmente, ella descubrió que el amigo de un amigo tenía boletos. Sin embargo, como eran dos, ella necesitaría dos boletos para entrar.

Yara dijo: “Vamos y busquemos los boletos de entrada primero”.

El conocido de Yara le dio la dirección, que no estaba lejos de donde estábamos. Una vez llegamos al área residencial, esperamos fuera del coche.

Minutos después, el amigo de un amigo vino a vernos. Era un hombre delgado y alto.

Él nos entregó los boletos a Yara y a mí y dijo: “Seychelles me dio este boleto ayer. Desafortunadamente, una urgencia surgió hoy así que no ya no iremos. Ustedes dos… Yara, puedes intent