Los ojos de Wallace se entrecerraron al escuchar mi consejo.

Apreté mi agarre en su muñeca mientras me acercaba unos pasos y lo abrazaba. Con voz suave, admití mi error.

“Me equivoqué antes. No podía soltar mi ego, así que te traté de esa manera. Sin embargo, créeme cuando te digo que solo quiero que seas feliz. ¡No tengo malas intenciones hacia ti!".

“Wallace, significas mucho para mí en comparación con los demás. Eres la única familia que me queda, además de mi madre. Eres mi hermano y no hay tanta diferencia de edad entre nosotros. Además, eres el tío menor de mis hijos. Nunca me libraré de ti ni te trataré mal. ¿Lo entiendes?".

"Wallace, eres mi familia y te amo".

De manera distintiva sentí a Wallace temblar en mis brazos. Él parecía estar confundido y perdido.

De repente, él me devolvió el abrazo y dijo: “Carol, todo lo que tengo es un cuerpo dañado. Desde que tu mamá se fue, nadie me amó. Gracias por decir eso. Tus palabras son como la luz del sol para mi corazón frío y hel