Desde que regresamos a casa los días se sienten como si fueran irreales, es como si el pasado y las circunstancias por las cuales me case con Demian jamás hubiesen existido, sé que prometí jamás enamorarme de él y que probablemente esté sufriendo algo semejante al síndrome de Estocolmo pero no me importa.

Una parte de mi quiere olvidar todo, pero en el fondo se que el me ha causado mucho sufrimiento, así que aún no he decidido que camino tomar, es como un juego de azar.

Hoy iremos a una fiesta que organizó un grupo de nobles, a pesar de que Demian trató de persuadirme para no ir, termino aceptando con la condición de que no me despegué de él durante el tiempo que estemos allí. Son las 8:00 pm y aun no estoy lista debido a que no tengo ni idea de que usar.

-¿Ya estás lista?- la voz ronca de Demian inunda toda la habitación, casi por inercia volteo quedándome anonada con la escena.

Definitivamente es el rey de los trajes, conozco cada parte suya pero adoro la forma en la que el saco se