Me alejo de Malachi y lo miro a los ojos. "¡Al diablo con ellos!", declaro, usando mi mano para limpiar el trazo de las lágrimas de mi cara. Me doy la vuelta para entrar. "¿Chloe?", dice Malachi intentando detenerme, pero sigo caminando. Entro a la casa en busca de Amelia y la encuentro sentada en la cocina. Ella levanta la mirada de su teléfono y sus cejas se juntan al verme. "Chloe, regresaste. ¿Qué pasó? Te ves tan pálida", pregunta Amelia, buscando en mi cuerpo alguna herida de sangre, o algún otro signo de lesión.Malachi llega corriendo a la cocina. "Chloe, no puedes simplemente ignorar el hecho de que tus padres acaban de aparecer", él dice, arrepintiéndose una vez que ve el color desaparecer del rostro de Amelia. Me doy la vuelta para mirarlo y todo se vuelve borroso. "No me siento muy bien". Me las arreglo para salir antes de colapsar. Malachi corrió hacia mí y me agarró antes de que cayera al suelo.Me despierto con los rayos de sol brillando radiantes en mi cara. Me tapo l
Miro confundida a Malachi y a Cypress. "¿Dices que quiere hablar, pero luego se va?", suspiro, giró para volver a entrar cuando la mente de mi madre se conecta con la mía. 'Chloe, por favor, ¿puedo verte esta noche, en el arroyo del bosque cuando la luna esté en su punto más alto?", ella pregunta. Dejo de caminar y miro a mi alrededor, buscando por todos lados, pero no puedo verla. 'Bien', le digo en mi cabeza mientras continúo entrando.Paso la mayor parte del día preparando cosas para el baile de Aberdeen, llamando a empresas de banquete y preparando las decoraciones. Estoy colocando luces alrededor de las vigas del comedor, de pie en una escalera, cuando entra Eric, el Omega. Me giro en su dirección. "Hola Eric", lo saludo, y luego vuelvo a concentrarme en las luces. Eric se me acerca con una sonrisa. "Ven, déjame sostener la escalera", él insiste, poniendo una mano en la escalera y luego coloca la otra en mi trasero. Me doy la vuelta tan rápido que casi pierdo el equilibrio. "¡¡QU
Parece que hemos estado aquí acostados durante horas, pero finalmente decidimos levantarnos. Malachi se viste para asistir a una reunión, y aunque acabamos de tener un gran sexo, verlo con ese traje me hace querer una segunda ronda. "¿Cómo esperas que te deje salir de la casa así?", me quejo, mirándolo con una intensa mirada de lujuria. Malachi sonríe, sabiendo lo sexy que es. "Luna, sabes que solo tengo ojos para ti", él me asegura, agarrándome por la cintura y atrayéndome a sus brazos. "Lo sé, y si otra chica se atreve a mirarte, terminarán como la rubia", admito con una sonrisa, golpeando su tonificado trasero. "¡Ve por ellos, tigre! Uy, animal equivocado", me río, tapándome la boca de forma inocente mientras salgo de la habitación. "¡¡LUNA!!", grita Malachi, pero cierro la puerta y camino a la habitación de Paisley.Malachi se fue a su reunión, y yo estoy terminando de bañar a Paisley antes de que sea hora de encontrarme con mi madre. Paisley patalea con sus pequeños pies en el ag
Doblo la esquina, corriendo hacia la cocina, sin saber qué esperar. No veo a nadie cuando entro, pero encuentro a Amelia en el suelo cuando doy la vuelta a la isla. Corro hacia ella y me arrodillo a su lado. "Oh Dios mío, ¿qué pasó?", le pregunto con urgencia en mi voz, ayudándola a sentarse. "Se me rompió la fuente, resbalé y me caí", explica Amelia jadeando. "¡Malachi, llama a una ambulancia ahora!", grito, y él saca su teléfono para marcar. "Llama a Paul también", le digo una vez que termina de hablar con el 911. "Paul está en camino, dijo que nos vera en el hospital", dice Malachi, viniendo para ayudarme a levantar a Amelia. Malachi la levanta y la lleva a la puerta principal mientras escuchamos las sirenas.La ambulancia se detiene en la entrada circular y se estaciona frente a la casa. Los paramédicos salen rápidamente para ayudar a Amelia. "¿Qué tan frecuentes son sus contracciones?", pregunta el paramédico, pero al examinarme con la mirada, su rostro se pone blanco. "Um... esp
Estoy de pie en el pasillo, mirando a Cordelia, sin saber cómo sentirme. "Chloe, Sukie no va a dejarte vivir tranquila sin obtener algo a cambio", ella exclama, caminando de un lado a otro por el pasillo. Agarro su brazo para detenerla. "Cordelia, todo estará bien. Malachi y yo resolveremos esto. Estoy viva ahora, y eso es lo importante", le digo, dándole un abrazo. "No hay duda de que eres la hija de Colette. Tienes su actitud y liderazgo feroces", afirma Cordelia, retrocediendo para mirarme a la cara. "¿Cómo podemos ayudar a mis padres a volver a su forma humana? ¿Conoces alguna bruja?", le pregunto con esperanza. "Hay una persona que conoce todos los hechizos, la bruja más poderosa", declara Cordelia, escudriñando mi rostro. "Bueno dime, ¿quién es?", pregunto, mostrándole una mirada de alivio. "Tu madre", responde ella."Ella es una loba. No hay forma de que pueda hacer una poción", replico, pasando mis manos por mi cabello. "Chloe, eres mitad bruja. Ella puede decirte los ingredie
Mis cejas se juntan por la confusión. "¡¿Qué?! ¿Benjamin no es mi padre?", pregunto sorprendida. Intento escudriñar su rostro para ver si está mintiendo, pero su expresión nunca cambia, así que sé que dice la verdad. "Chloe, Cypress es tu padre biológico. Has tenido sangre de lobo corriendo por tus venas todo este tiempo, pero como también eres mitad humana por parte de tu madre, no experimentaste el cambio de forma natural. Normalmente, habría sucedido al cumplir los 18 años, pero no fue así en este caso", explica Sukie, sin romper el contacto visual.El peso de la verdad que acaba de revelar me aplasta como una tonelada de ladrillos. Mis ojos se agrandan del miedo. "¡OH DIOS MÍO! Si Cypress es mi padre, entonces eso significa que… Malachi es mi hermano… ¡¡¡QUÉ MIERDA!!!", grito, y empiezo a dar vueltas sobre el mismo pequeño parche de hierba, mientras mis manos amenazan con arrancarme el pelo. Puedo sentir los ojos de Sukie sobre mí, como si estuviera tratando de medir qué tan grave
Casi salté de la mecedora al oír mi nombre. Me levanto y veo a una persona asomándose por la esquina de la casa. Es una chica joven con una figura delgada, tal vez alrededor de los 18 o 20 años, de ojos azules y cabello cobrizo. "¿Quién eres y cómo sabes mi nombre?", pregunto, entrecerrando los ojos ante el nuevo rostro desconocido frente a mí, pero sin apartar la mirada de la chica.La chica camina hacia los escalones. "Soy Cora. Tenemos un amigo en común, y he venido a buscarlo", ella explica, analizandome con la mirada. "¿Y quién es ese amigo en común?", pregunto confundida. Cora no me responde, pero da un paso sobre el porche. Me abalanzo rápidamente, extendiendo mi mano para detenerla. "¿Qué crees que estás haciendo?", exclamo mientas mis ojos la taladran, como si estuviera a punto de arrancarle el alma. Ella se detiene confundida. "No te conozco, y no eres bienvenida aquí. Así que es mejor que regreses por donde viniste", ordeno con un gruñido.Cora levanta las manos en señal d
Una vez que ell baile terminó, algunos miembros de la manada se acercaron a nosotros. “Alfa, hay algunos nuevos miembros del consejo que les gustaría conocerte. ¿Tienes un momento?”, pregunta el miembro. Malachi me mira y me pregunta en silencio si no me molesta. “Adelante. Iré a hablar con algunos de los invitados”, le aseguro, lanzándole un beso mientras se aleja.Camino hacia la barra y me apoyo en el mostrador. “Hola, Señora Jacobson. ¿Qué puedo ofrecerle?”, pregunta el barman. Levanto la mirada para encontrarme con el mismo camarero del año pasado. “¿Podrías darme una cerveza, por favor?”, pregunto con una sonrisa. “Claro. Por cierto, la recuerdo, pero también recuerdo que el año pasado era humana”, dice mientras se ríe. “Sí, es una locura cuánto pueden cambiar las cosas en un año”, le digo. Él sonríe y me entrega la cerveza. “Que tengas una buena noche”, le digo antes de alejarme.Mientras bebía mi cerveza y miraba a la multitud, una mujer de unos treinta y tantos años se acerc