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El beta Igori, se encargó de que su cachorro no se durmiera en todo el día, apenas lo veía bostezar o cerrar sus grandes ojos, lo movía, lo sacudía y le hablaba

— Otra noche en vela no me las vas a hacer pasar Sergey, no vas a dormir en el día para que duermas de noche, soy un lobo no un vampiro, cómo para seguirte el paso — murmuraba el beta, muy decidido

— El Alfa, hacía muchas actividades con su hijo, acostumbraban a tomar un baño de burbujas donde Aleksey, metía sus juguetes para divertirse con su padre, su conexión se iba reforzando cada día

— Así, son descuidar las manadas, reforzándolas y manteniendo vigilados a las enemigos, pasaron cinco años, el pequeño cachorro Aleksey, acababa de cumplir seis años, él y Sergey, de habían convertido en compañeros de juegos y mejores amigos, la cachorrita Aria se les unia a jugar, pero esos dos cachorros eran sin duda más fuertes que ella y siempre terminaba revolcada

— Sergey, ya me aburrí de jugar siempre en el jardín de la mansión, ¿q