Lucy Slong.

Mi madre me decía que no debía de avergonzarme porque nadie es perfecto, lo que estoy pasando no sé cómo explicarlo, sin madre, sin mi progenitor que sabrá Dios que fue de él, quiero darle lo mejor a mi hermana y a mi hijo, pero tal parece que los astros se confabulan en mi contra.

Mi cabeza estallaba, las náuseas no me ayudaban me recuesto en el sofá para intentar dormir ¿Ahora qué voy hacer? en esta ciudad llevo poco tiempo, aún no me familiarizo en ella, por la mañana tendría que buscar trabajo.

Tocan la puerta seguramente era Myla con sus tés, al abrir me llevo la sorpresa de que es Samuel.

-Hola, te traigo té – me ofrece un tarro.

-Gracias – tomo el tarro -¿quieres pasar?

-Claro.

Fue muy incómodo para mí, mucha gente juzga a la mujer por estar embarazada ya sea joven, sin pareja, por accidente no importa cual sea la condición.

-¿Te ofrezco algo? Café, té- le enseño el tarro y este suelta una carcajada.

-No mejor siéntate y tómatelo, se nota que no estás bien.

-Gracias