Capítulo 233 Una patada
Después de que Cecilia fuera arrastrada por Bosco, Criz y Héctor la siguieron.

Carlos se levantó, Criz y él eran amigos, y no estaba bien detenerle, pero podía detener a Héctor.

Así que dio un paso delante de Héctor, con sonrisa educada: —Señor Quintana, ¿vamos a charlar?

Héctor entrecerró los ojos, ladeó la cabeza y se rio: —¿de qué? ¿de Cristinita?

Carlos le miró, con una actitud notablemente más fría que hace un momento: —¿Cómo la has llamado?

—Cristinita. La familia Hidalgo y la familia Quintana también se considera un amigo de la familia. Cuando ella fue reconocida por la familia Hidalgo, fui yo quien la trajo para que se familiarizara con la Capital Imperial.

Carlos no lo sabía. La familia González y la familia Hidalgo tenían una relación también muy buena, pero no estaba en el mismo círculo con la familia Quintana. Además, Héctor fue a la escuela militar en la universidad, rara vez regresaba, por lo que los ancianos podían conocerse entre sí, pero los jóvenes no.

Héctor enarcó l
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