Habiamos llegado a Columbus un viaje de siete horas me había puesto de mal humor de inmediato en especial después de no haber tenido sexo con Gala. Maldita sea debí haber cerrado la puta boca lo único qué agradezco es qué Gala sigue hablandome, pensé qué estaría furiosa mierda la siento qué ella piensa qué soy una especie de proxeneta en busca de mujeres soy un estúpido mierda.

Me acomodó en él escritorio cuando veo entrar a Derek él es amigo mío desde la universidad, verlo hacia qué me alegre un poco él humor siempre sabe cómo animarme. Derek es de cabello rubio, ojos negros y alto siempre vestía traje negro y corbata plateada.

Se sentó y me miró fijamente cómo si notará mi mal humor. Era una de las únicas personas en las qué confiaba ciegamente, Derek me dio mi taza de café negro.

—¿Puedo sentarme o me morderas?—preguntó en tono burlón.

Le tiré un papel en la cara.

—¡Tarado!—respondí divertido.

Él se cruzó se brazos me examinó, miró su reloj y suspiro.

—¿Es por Gala?—preguntó curios