CAPITULO 8
Jessa o Rubí soñaba con la noche en que se escuchó la balacera y vio a un hombre herido que se llamaba Alexander, sus hermosos ojos azules, su aroma, ese perfume tan rico y súbitamente el hombre que estaba en ese escritorio de espaldas se dio vuelta y era Él, era Alexander sonriendo, se despertó toda sudorosa y pensativa, recordó que el olor de ese perfume lo sintió en ese despacho, pero no estaba segura porque no le vio el rostro y se dijo

—Mujer estúpida estar con esta duda me voy a volver loca y todo por mi estupidez carajo, aquí solo le dicen el jefe, el amo, pero no dicen su nombre m****a —volvió a cerrar sus ojos y esta vez sí se durmió de largo sin soñar nada

Lucca en su casa estaba acostado tocándose su polla, cerrado sus ojos y recordando el baile de la protegida de su jefe, ese hermoso cuerpo contoneándose en el tubo, sus movimientos tan sensuales y eróticos hacía que su polla esté endurecida y unas gotas pre seminales salían de la punta, sudaba a mares, solo imaginaba como s
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