Capítulo 31

Salí de casa de Luter, en un puto nervio, no sabía qué hacer. Pero no fui a ver a Chace, ni a casa, solo salí de ese modo porque todo lo que estaba sucediéndome sobrepasó lo que mis nervios son capaces de soportar, entre en una pequeña tienda de ropa, cerca de su casa, compre algunas cosas, incluso salí con alguna de la ropa que me compre puesta, ya que la mía está hecha añicos, fui a un cajero, saque de mi tarjeta todo lo que me permitía, era un poco más de cinco mil dólares, no eran millones, pero si bastantes me subí a un taxi y le pedí que me llevará al mar, ese es el único lugar que logró que me calme, desde pequeña, cuando me sentía mal, les pedía que me dejaran ir al mar, como no les importaba donde demonios estuviera, me enviaban con una de mis tantas nanas. Fui a la pequeña pensión de