Lo primero que ví al despertar fue el bello rostro de Nathan a unos centímetros de mí. Como su brazo envolvía mi cintura, temía que cualquier movimiento brusco lo despertara. Y esa fue la excusa perfecta para seguir admirando su belleza.
La noche anterior decidí no guardarme nada. Expresé todo lo que sentía y lo que había vivido todos estos años. Me "desnudé" ante él.
Paz y alivio fue lo primero que sentí. Era como si las heridas de todos estos años que habían permanecido en mí, se hubieran cicatrizado. La sensación de libertad que me rodeaba, por no cargar más con dichas emociones ,me traía felicidad.
No podía negar que me gustaba cada vez más Nathan. No sabría de
-Pero...pero eso no significa que Nathan y yo...-traté de calmarme.-Lexi, por favor.-dijo Lana en tono obvio.- Todo Dexter sabemos que Nathan es muy antipático con las chicas, ¿en serio crees que pensaran que no hay nada entre ustedes?-cuestionó.Por un momento no supe qué responder.-Tal vez ... .tal vez...solo quería ayudar.-dije luego de un largo rato. -Ser...¿un buen compañero?-intenté buscar otra explicación.-Por favor Lexi.-se estalló en risas.-Por más tontos que sean tampoco están ciegos. Todos vieron cómo te miraba y cómo te cargaba en sus brazos. Hasta hay videos de eso. De no ser por el barullo que se produjo me habría perdido de semejante momento.-
-Te acompaño mañana a la escuela.-propuso Nathan de repente.Dejé de jugar con sus cabellos.-No, está bien.-rechacé.-Será peor si nos ven juntos.-opiné.-Algún día se iba a saber.-dijo acostado en mi pierna.-Pero no creí que fuera tan pronto.-suspiré.-Lo siento.-pasó su mano por mi mejilla.-En aquel momento no pensé en otra cosa cuando te ví caer.-se apenó.-No te estoy culpando.-apoyé mi cara sobre su mano.-Es solo que estoy nerviosa por volver a Dexter.-admití.-Tranquila, todos estarán más pendiente
-Señorita Venner, ya que se encuentra muy interesada en lo que digo.-de pronto escuché.-¿Por qué no nos cuenta su opinión acerca del tema de hoy?-¡Rayos! ¿De qué hablo?-me alarmé.-Emm ... .-no sabía qué decir.-La estoy esperando señorita Venner.-insistía el profesor Hutson.Unas risas interrumpieron mi momento de desesperación. Eran los mismos chicos de adelante que habían hablado mal de mí.-Lo que me faltaba.-me dije.-No, esta vez no les voy a dar el gusto.
Mientras más se acercaba, comencé a alarmarme. Retrocedí lo más que pude hasta que choqué contra los casilleros.¡Rayos!-¿Qué...qué quieres?- me entró la desesperación.- Si...si te sigues acercando gritaré.-advertí con la esperanza de que detuviera cualquier plan que tuviera en mente.Sin embargo eso no frenó sus pasos.Justo cuando iba a gritar escuché un estallido de risas.-Alan, sí que la asustastes.-dijo el chico que se había puesto en mi camino.Ahora sabía que mi “compañero” de Historia se llamaba Alan. Ese mismo domingo fuimos a festejar el triunfo del equipo de Álgebra. El profesor Lanster estaba tan emocionado que invitó a todos los alumnos que fueron a ver la competencia a una increíble cena en el mejor restaurante de la ciudad.Cuando llegamos al lugar nos quedamos boquiabiertos todos, pues habíamos ido con la idea de tener una comida modesta. Sin embargo, quedamos todos impactados por el gran banquete que nos tenía preparado nuestro querido profesor en el salón VIP del restaurante.En la sala yacía un buffet con todo tipos de platos exclusivamente para nosotros. Había todo tipo de pastas, los mejores cortes de carnes, los mariscos más extravagantes entre otros platos gourmets.-No nos equivocamos de salón, ¿no?-susurró LCapítulo 37 - Las razones más dulces
Era una hermosa mañana, el sol brillaba con todo su esplendor mañanero, las aves cantaban alegremente y el viento rozaba suavemente nuestros rostros. Era difícil ocultar la felicidad que sentía. Nathan me había esperado en la puerta del departamento con unos muffins de Bakery, la mejor panadería de la ciudad.Cada mordisco era un deleite para mi paladar. A pesar de haber desayunado en casa, no podía desperdiciar el desayuno sorpresa que había recibido ya que él se resistía a comer uno.-¿Por qué estás tan contenta?-preguntó Nathan pretendiendo no saber la razón.Liberé una mano de la caja de muffins, y tomé su mano.-Porque estas a mi lado.-le segu&iacut
Mandy estaba pálida. No estaba segura si era por lo que había dicho o porque todo el mundo nos estaba mirando. Cuestión que pasó de ser la diva que fingía ser a la chica vulnerable que tenía delante mío. Supongo que se preguntarán qué fue lo que pasó, ¿ no? Paciencia, antes de eso les contaré una anécdota de mis épocas en Kinder. Aunque no lo crean, en aquel momento era una niña bastante sociable, muy alegre y tal vez un poco traviesa. Obvio que todo eso fue antes de que mis padres se divorciaran o bueno antes de que las discusiones fueran algo muy habitual en casa. Recuerdo que un día llegó una nueva niña a nuestro salón. Llevaba grandes lentes rosados y un bonito moño que decoraba sus cabellos rizados. Se notaba que era bastante
-¿En qué andas pensando?-unas manos rodearon mi cintura.El calor de su pecho me acogía y sentí su mentón sobre mi cabeza.-¿Ya finalizó la videollamada?-levanté la vista.Nathan asintió devolviéndole una tierna sonrisa.-El Profesor Lanster sí que quiere que ganen las nacionales.-comenté.- Aún después de clases insiste en seguir con sus prácticas.-reí.-Pero sería genial si ganan.-añadí.-Y…¿cómo me premiarías si ganamos?-la ternura de su sonrisa se volvió traviesa.Inmediatamente miré hacia adela