Boyle sabía a qué se refería el padre de Jennifer. Sin embargo, la ley no era un lugar para las emociones. Él lo consoló objetivamente, "Le prometo que, por lo mínimo, el acusado no será castigado ligeramente. Puedo garantizarles que haré todo lo posible para sentenciarlo a diez años de prisión".

Sin embargo, él no estaba seguro de poder conseguirle un castigo más severo al acusado, como la cadena perpetua.

El padre de Jeniffer asintió y dijo con una voz sofocada, "Abogado Boyle, muchas gracias. Con sus palabras, me siento más relajado".

Huntley se acercó a ellos y palmeó la espalda del padre de Jennifer. "Tío, esté tranquilo. Él siempre fue muy popular en la Facultad de Derecho durante nuestra época universitaria. Nunca ha perdido un caso desde que se convirtió en abogado. Incluso si usted no cree en mí, tiene que confiar en él. Simplemente vaya a casa y espere a que se programe la segunda instancia. Les notificaremos a usted y a su hija en el momento en que recibamos las noticias