Durante esa noche en ese pequeño hotel de la zona montañosa, Verian sostenía su barriga y reprimía su risa. Casi sufre lesiones internas debido a la represión.

El hombre a su lado le dio una expresión arrogante y la miró con frialdad.

"¿Es gracioso?”

"Sí es gracioso", respondió ella.

Cuando Verian recordó al hombre y a la mujer de al lado hablando de Heaton, estaba especialmente feliz en su corazón.

Sin embargo, en el siguiente segundo, cuando se encontró con los fríos ojos del hombre, obedientemente cerró la boca. Ella lo soportó y sonrió pacientemente. Siendo una cobarde, inmediatamente cambió de parecer.

"No es gracioso”.

Esa noche, Verian se acostó en la cama pequeña y durmió descorazonadamente, y su postura para dormir era tan mala que puso sus piernas sobre el estómago del hombre.

Heaton sufría de insomnio total. La miró atentamente a la luz de la luna fuera de la ventana. Se parecía mucho a Porotita Dulce. No importaba su apariencia o cómo se veía después de quedarse dormida.