En Ciudad del Río Claro.

Después de la cena, Serene llevó a Wilson al piso de abajo, con bengalas en la mano.

Era una ciudad pequeña, así que todos se conocían. La calle estaba llena de niños corriendo; ellos estaban teniendo el mejor momento de sus vidas.

Wilson encendió una bengala y se la pasó a Serene. Ella lo tomó y lo agitó contra el anochecer, mientras su rostro resplandecía de alegría.

Los fuegos artificiales estaban por todas partes, el cielo estaba pintado de varios colores.

Wilson sabía por qué Serene quería volver a Ciudad del Río Claro, para el Año Nuevo; no era porque quisiera volver, ella odiaba estar ahí. Ella se había estado quejando del calentador, desde que llegaron. Ella quería que Wilson experimentara el festivo y hogareño ambiente de Ciudad del Río Claro.

De repente, Serene le susurró al oído. "¡Feliz Año Nuevo, Wilson! Estaré contigo, cada Año Nuevo y víspera de Año Nuevo".

"Igualmente, Sra. Jarret, igualmente".

Algunos niños corrieron hacia ellos; ellos