Heaton se cambió y se estaba arreglando la corbata frente al espejo. “Por cierto, tengo una cita para cenar esta noche. No tienes que esperarme".

"¿Qué... tienes citas esta noche?".

Lo máximo que podía hacer Verian era quejarse. Nunca podría hacer una rabieta delante de Heaton. Ella no querría hacerle eso a Heaton de todos modos.

Después de todo, asistir a la cena con los clientes era una de las rutinas de trabajo de Heaton. Siendo su esposa, ella debería apoyar la carrera de su esposo en lugar de culparlo por no pasar suficiente tiempo con ella como un niño infantil.

Verian miró a Heaton expectante y preguntó, "En ese caso... ¿puedes venir a casa más temprano esta noche?".

Heaton dejó de atarse su corbata por un momento. Entonces, tarareó.

Un simple zumbido de su marido fue suficiente para enviar a Verian a la novena nube.

"No vuelvas a comer fideos instantáneos para la cena", recordó Heaton.

"Muy bien".

Heaton permaneció en silencio después de escuchar su respuesta sincera.