Ya en el salón de banquetes, había varios empleados esperando solo para recibir a Eva y ayudarla con la degustación.Sofía sabía que el compromiso de ambos sería algo grandioso, pero sentía que esto parecía incluso exagerado.Si el compromiso estaba siendo así, ¿cómo sería la boda?Después de probar desde los pequeños entrantes hasta el plato principal, se sentía llena. Sin embargo, notó que Eva estaba muy animada para irse.—Pareces cansada, ¿quieres irte? —preguntó Eva, notando que Sofía no parecía tan dispuesta.—No, debe ser solo tu impresión. Solo me siento un poco llena por haber comido tanto.—No te preocupes, lo mejor viene ahora. Haremos la degustación de las bebidas que se servirán —dijo Eva, sentándose junto a Sofía.—Pensé que las bebidas quedarían para otro día.—¡Oh, no! Necesito resolver esto cuanto antes, ya que mañana visitaremos el salón elegido para el compromiso.—Entiendo.—Seleccioné los mejores vinos, verás que tengo buen gusto, uno más dulce que el otro.—Lo sie
—¿A qué se dedica tu familia?De repente, ese auto parecía una sala de interrogatorio. Aunque no quería llamar la atención de Eva, ahora estaba en el centro de su interés.—Mis padres tienen un pequeño hotel en México, es un negocio familiar.—¿Por qué no trabajas con ellos?—Tengo mis propias aspiraciones.—¿Prefieres ser una simple secretaria?—Por ahora, estoy feliz con mi profesión —concluyó.—¿Es por eso que dices que no te importa la clase social? ¿Por salir con un hombre rico?—No lo digo por eso. Tengo una amiga que no tenía ni dónde dormir y terminó conquistando el corazón de un hacendado. Hoy tienen una familia hermosa y son muy felices.—¿Cómo no sería feliz si le tocó la lotería?—Lo que los unió no fue el interés, sino los sentimientos mutuos.—¿De verdad crees en eso? —se burló—. No importa lo que pienses, ya te dije que eso no funciona. Espero que disfrutes bien tu noviazgo mientras dure.—Ya estamos llegando —comentó, tratando de cambiar el enfoque de la conversación.F
Al darse cuenta de que Eva estaba algo alterada, agradeció mentalmente haber llegado a su destino.Al entrar por los portones de la mansión, detuvo el auto en la puerta de la casa, por exigencia de Eva, solo para que ella bajara, ya que el estacionamiento quedaba un poco lejos. Después de dejar a la señoritinga allí, llevó el auto al estacionamiento, que estaba cerca del jardín de entrada. Como hacía calor, se bajó del auto y se sentó en un pequeño banco al aire libre, bajo la sombra de un árbol enorme.Mientras estaba sentada allí, observaba la enorme mansión de dos pisos, rodeada de plantas y flores. El terreno de aquella propiedad debía equivaler a más de dos manzanas. Sentía que era hasta exagerado que una casa de ese tamaño albergara solo a dos personas.—Buenas tardes.Una señora, que se parecía mucho a Ethan, apareció de repente.Estaba detrás de una de las plantas, y cuando vio a Sofía, la saludó. La mujer llevaba un overol de mezclilla y un sombrero de paja que le cubría toda
—No, no lo pienso. —Apretó la mano de la mujer, mirándola a los ojos—. Solo siento que usted necesitaba alguien con quien hablar, y yo fui la primera en aparecer.—Tienes razón —asintió—. La mayor parte del tiempo me siento muy sola en esta casa. Mi esposo pasa todo el día fuera, Ethan no quiere vivir con nosotros, y ahora, Eva. Seguramente vino a buscar el resto de las cosas que había dejado aquí. —Susan suspiró—. Parece que las cosas seguirán así para siempre, más aún después de que Ethan dijera que no nos dará un nieto.Si aquella mujer supiera que Sofía estaba gestando a su nieto, ¿qué diría en ese momento?—Tal vez cambie de opinión —dijo, tratando de consolarla.—Es lo que más deseo. Mi sueño es tener a mis nietecitos corriendo por aquí. —Sonrió—. Seguro sería una abuela chocha. Me encargaría de llenar la casa de juguetes, e incluso haría una casa en el árbol. No necesitarían niñera, pues me ocuparía personalmente de cuidar a los niños.—Estoy segura de que usted sería una abuela
Eva respiraba agitadamente, como si estuviera a punto de agarrarla por el cuello.—Creo que hubo un malentendido, Eva —respondió, tratando de mantener la calma.—¡Deja de hacerte la tonta! —gritó histérica—. Odio que finjas ser ingenua. Te vi llorando y tomando la mano de Susan. ¿Qué pretendías con eso? ¿Qué quieres acercándote a la madre de mi prometido?—No hice ni planeo hacer nada. Todo fue un malentendido, ya te lo dije. La señora Smith solo se estaba desahogando conmigo sobre no tener a su hijo en casa y ahora verte a ti irte también.—¡Mentirosa!—¡No estoy mintiendo!Eva volteó la cara, mirando el paisaje de la ciudad. Necesitaba mantener la calma, o de lo contrario agrediría a Sofía ahí mismo.—¿Y cuál es el motivo de que tuvieras los ojos llenos de lágrimas?—Lo siento por eso. Es que soy una persona muy sentimental, tú misma lo sabes.—Está bien —dijo más calmada—. Voy a creer lo que estás diciendo, pero espero de verdad que no te estés haciendo la tonta conmigo, o no tendré
— No sé — respondió. — Perdóname por decir esto, pero su comportamiento hoy me asustó.— ¿Qué hizo Eva que fue tan aterrador?— Me agarró el brazo con fuerza y me apuntó con el dedo en la cara. Además, me hablaba como si hubiera hecho algo malo.Ethan dejó de trabajar en la computadora y empezó a prestar atención a lo que Sofía decía.— ¿Por qué hizo eso?— No lo sé. Primero, pareció ponerse celosa cuando empezó a hablar de ti, y luego, vio a tu madre conversando conmigo y terminó poniéndose histérica.— ¿Por qué estabas hablando con mi madre?— Cuando terminamos la programación de hoy, Eva pidió pasar por la casa de tus padres para buscar algunas cosas. Mientras la esperaba, me encontré con tu madre por casualidad en el jardín y terminamos conversando.— ¿Qué te dijo mi madre?— Le dije que era tu secretaria, por eso empezó a hablar conmigo. Habló sobre ti. Dijo que te extrañaba y que no te veía desde hace días.— Susan no pierde la oportunidad para hacer un drama — murmuró.— No creo
Después de salir de la oficina de Ethan, llena de rabia, Sofía se encontró con Kate en el pasillo de la empresa. Kate llevaba una pila de cajas que contenían algunos documentos importantes.— ¿Quieres ayuda? — preguntó Sofía.— No es necesario, no quiero que andes cargando peso por ahí.— Vamos, son solo unas cajas — tomó dos cajas de las manos de su amiga, dejándola solo con tres.Las dos caminaron hacia Recursos Humanos.— ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías ayudando con los preparativos del compromiso de tu nueva amiga — dijo Kate con tono irónico.— Si supieras lo que pasó hoy — respondió Sofía con voz decepcionada. — De amiga, esa mujer no tiene nada.— ¿Qué pasó?— Es una larga historia, te cuento cuando estemos en casa.— Ah, pero dame al menos un adelanto, no puedo esperar tanto.— Solo puedo decirte que la ovejita de Eva se está revelando como una loba muy peligrosa.— ¡No me digas! — Kate se acercó más a su amiga. — ¿Qué hizo?— Deberías haber visto el espectáculo que montó
— Perdón, creo que dormí más de la cuenta.— No te preocupes, fui yo quien llegó demasiado temprano — se disculpó.— Para nada, ¡ven! — lo jaló del brazo. — Pasa y ponte cómodo, voy a traerte algo de beber.Mientras Sofía iba a la cocina, Mateo no pudo evitar fijarse en su cuerpo. A diferencia de otros días, cuando la veía con abrigo y ropa holgada, Sofía solo llevaba una blusita de tirantes y un short de algodón. Esto le hizo notar que su figura estaba más robusta de lo que recordaba cuando aún vivía en México.Estados Unidos le estaba sentando muy bien, pensó.— Aquí tienes — le trajo un vaso de jugo a Mateo. — Un juguito de naranja recién exprimido.— Gracias, pero no te hubieras molestado.— No es molestia — se excusó. — Voy al cuarto a cambiarme y traer mi celular. Ya vuelvo.— Puedes quedarte así, no me molesta.Sonrió, mostrando que estaba a gusto con la ropa que ella llevaba.— No empieces, doctor Mateo — dijo, saliendo de su vista.Después de unos minutos, regresó. Esta vez ve