Lucero ingreso en la pequeña pero acogedora casa, aunque debía reconocer que no era un hogar, solo una casa, vacía y carente de alegría, donde una rubia perdía la razón día a día, y donde ella trataría de traerla de regreso, aun en contra de la voluntad de su madre, Kimberly Bach sabía muy bien que había dolores que te llevaban a perder la cordura y ante eso, cualquiera corría peligro, por supuesto que no queria a su única hija allí, mucho menos a su nieto.
— ¿Qué hace una Bacha en mi hogar? — pregunto con acidez la rubia y Lucero al fin vio el rostro ceniciento de Jade, el dolor en sus verdes ojos, que tanto se parecían a los de Derek, pero también vio más, mucho más, la rubia ocultaba algo,
Meses atrás.Park apretaba las fotos con fuerza, mientras sus pasos lo dirigían a la antigua casa de su hermano Loan, esa misma que había sido el refugio de Jade, ese único lugar en las tierras del tigre blanco que era sinónimo de paz y tranquilidad, hasta que su hermana regreso a Chicago y las vidas de los Zhao volvió a ser cubierta por la oscuridad.— Lo siento, pero no puede ingresar señor Zhao. — escucho a uno de los guardias que allí se mantenían apostados, los seis hombres que su padre le regalo a Jade y que solo a ella obedecían, eran los encargados de cuidar su morada, pero ¿para qué? Si ella jamás regresara.— ¿Cuándo van a comprender que su señora no regresara? Ell
Aika, rechino los dientes, no estaba dispuesta a que esa rubia llegara y arruinara todo.— No permitiré que te adueñes de mi hijo, todo por no ser capaz de parir uno. — escupió con odio, esa joven era tan impulsiva como Sakura, esa siempre fue la razón por la que su padre nunca la tuvo en cuanta, para ser la cabeza del dragón rojo, mientras que Jade había aprendido de sus errores, de nada valía esconderse, llorar o tratar de evitar la confrontación, no cuando existían personas como Aika, como Magnolia, como Sakura.— ¿Cómo te atreves? — la protesta de Loan solo provoco que Jade tomara su brazo, había regresado preparada para la guerra, mas el tocar a su esposo, por poco la deja al descubierto.— Loan. &mdash
Ámbar gritaba y su piel palidecía de a momentos, su frente dejaba ver grandes perlas de sudor, mientras Park tomaba su mano y trataba de tranquilizarla con palabras dulces, tan dulces que opacarían cualquier cosa que Loan pudiera decirle a su esposa hasta ese momento, Jade lejos de sentirse celosa, solo podía caminar de un lado hacia el otro, pero sin perder de vista ni un solo movimiento de las manitas, conocía a las mujeres que se estaban encargando de Ámbar en ese momento, pero también sabía que debía cuidar su espalda siempre, solo Loan y la familia Zhao eran su seguridad, no podía confiar en nadie a pesar del tiempo y cariño que le había demostrado a cada empleado de la villa Zhao, Jade sabia a la perfección que cualquier alma puede ser corrompida por dinero, mas cuando ella
Poder ver el futuro en algunos casos tenía sus ventajas, Neri Neizan ya había demostrado en más de una ocasión el poder que había heredado de su madre, una rusa que fue maldecida a ver el futuro sin poder cambiarlo, ya que cada vez que intervenía para salvar a un ser querido de una muerte segura, otros tomaban su lugar y el daño era aún mayor, como el día que vio la muerte de su hijo Neri y su reciente esposa Zafiro, a decir la verdad, ella había visto la muerte de todo el clan Neizan en la boda de su hijo, fue por eso que cuando Dulce, la prima de Zafiro, les pidió a los recién casados que se quedaran unos días más, la rusa no lo dudo y le dijo a su hijo que un buen esposo debía consentir a su esposa, aunque solo le estaba salvando la vida a los jóvenes, solo
La imagen de su prima Dulce dejando a Horus en su brazos cuando apenas era una niña de 12 años y descendiendo de la camioneta para enfrentar una muerte segura con tal de salvar a su hijo, se mezclaban con la de Park saltando sobre esa mujer, no era eso lo que queria, no deseaba despertar a mitad de la noche para ver si su hijo estaba bien, mucho menos exponerlo al peligro de ser un Zabet-Ángel, prefería dejarlo allí, lejos de todos, en un dominio que sería solo de los Zhao, porque ella se ocuparía de eso.— ¡Ámbar! ¡Ámbar! — grito Loan y al fin la tomo del brazo a mitad del jardín, donde la rubia había salido casi corriendo luego de entregarle su hijo a Jade.— Suéltame o muere tigre. — rebatió sacudiendo
Los ansíanos no demoraron en llagar, y Ámbar no se movió de su lugar, pensaba continuar sacando su furia, queria acabar con todo aquello que la había alejado de Park, las costumbres, las normas, esas que lo etiquetaban de bastardo, esas que lo convirtieron en un sirviente de su hermano, o mejor dicho un esclavo, sabía que Loan no era culpable, incluso no lo era el señor Sug, quienes la habían separado de Park eran los ancianos y las leyes que tanto defendían, y ella, pero ya tendría tiempo de castigarse, por ahora, se aseguraría que nadie lastimaría a su hijo.— ¿Qué significa esto? ¿cómo lo han permitido Loan? — uno de los mayores fue quien lo encaro apenas ingresaron en la villa, y por la cantidad de guardias que los acompa&
¿Cuántas lunas deben pasar para que el dolor mengue? Nadie estaba dispuesto a responder esa pregunta, Jade lloro a su hermano, su mejor amigo, la familia Zhao se vistió de blanco por más de seis meses, nadie queria hablar de la boda de Wang y Jade se dedico a sus hijos, al igual que Loan, quien cada día buscaba ver un brillo de Park en ese pequeño ser, y aunque en un principio Wang y Loan estaban reacios a demostrar cariño o así sea simpatía con Shen Kun, el gran parecido que tenían los niños y las trampas de Sug y Jade, al fin los hicieron caer ante el pequeño, quien ajeno a lo que su madre había provocado, solo sonreía cada vez que lo tomaban en brazo.— ¿Quién es el trueno más hermoso del mundo? — si alguna ve
Las manos de Loan bajaban como suaves plumas por los firmes pechos de Jade, a quien solo le quedaba suspirara y aferrar sus manos a los amplios hombros de su esposo, mientras este estaba hincado frente a ella, devorando y bebiendo todo de su ser, hasta que la sintió temblar y fue cuando tomo con fuerzas sus caderas, asegurándose que su esposa no cayera producto del fuerte orgasmo que la atacaba en ese instante.— Loan. — lo llamo con dificultad y este sonrió al tiempo que lamia sus labios, recogiendo cualquier resto del delicioso orgasmo que la rubia acababa de tener.— Aquí estoy mi hermoso Jade, mi más hermosa joya, la felicidad de este imperio, el corazón de este tigre. — a cada una de sus palabras se le sumaba un beso en la delicada piel de la rubia, que lo &uac