El desayuno continuo por varios minutos, en los cuales le informaron a la pareja de “novios” que Park se ocuparía de darle clases de chino a Jade, mientras que Loan se ponía al corriente con todo lo que al negocio familiar correspondía.
Hubo un lapso de tensión, cuando el patriarca de los Zhao indago sobre su familia, y Jade dijo que era huérfana, Loan la vio con confusión, eso no era lo que ella le había contado, aun así, permaneció en silencio, no discutiría con Jade frente a los demás. Sakura sonrió lista para llamar a los custodios y que Sug diera la orden de matarla, una huérfana no tenía oportunidad alguna ni para ser concubina y Sakura lo sabía.
— Bien creo que eso es todo… por ahora. — informo Sug y su actual esposa lo vio con molestia.
— ¿No dirás nada? La americana es huérfana.
Javier veía el techo blanco del hospital, no esperaba visita alguna, pues sabía bien que la única persona que podría preocuparse por su bienestar no estaba en la ciudad, ni siquiera en el país ¿y como sabia aquello? Fácil, Loan Zhao, había ordenado que personas del clan Tigre Blanco le notificaran que Jade estaba bien, que desde que había pisado Pais X estaba bajo su cuidado, el próximo líder del clan y eso ocurriría porque la rubia que él conocía de toda la vida se casaría con el oriental.La enfermera que ingreso en ese momento cortándole todo pensamiento, le comunico que ya estaba dado de alta, luego de preguntarle si todo estaba en orden, ya que desde que fue ingresado, Javier no había demostrado más que dolor por sus heridas, sin embargo ahora, lo veía llorar, lagrimas pesadas y silenciosas, la enfermera que era una mujer mayor, supo que esas lagrimas eran de pena y no de dolor, aun así el joven se las arreglo para decir que todo estaba en orden, los matones que lo habían visitad
— ¿Acaso has castigado a Jade? — Loan casi bufa al comentario de su padre, tenia ganas de decirle que, si él había aguantado tanto de Sakura y nunca la había maltratado, ¿Qué le hacía pensar que, lastimaría a la mujer con la que se desposaría? Era ridículo.— Por supuesto que no y te pedí que hablaras en inglés, Jade se siente incomoda al no entender nuestra lengua. — Sug apretó sus labio y luego le hizo una seña a su hijo, para que abandonara la habitación, algo que al joven no le gusto.— Jade no se siente bien debo cuidarla…— Para eso están la manitas, déjame hablar con mi futura nuera. — declaro ingresando en la habitación y Jade se apresuro a quitar los restos de lagrimas de su rostro y a ponerse de pie.— Luego si quieres la llevo a tu hogar, ahora es mejor que…— No lo pienso repetir Loan, aun soy el tigre en estas tierras. — la rubia se tenso al ver la mirada con la que Sug veía a su hijo.— ¿Qué sucede? ¿están discutiendo? ¿Es por lo que le dije a Wang? si es por eso lo lame
Javier limpio una vez más el mármol en el cual estaba el nombre de Renger Isaías, solo cuando la piedra quedo brillante, se permitió ver la foto del hombre que no solo lo había ayudado cuando quedo huérfano, Isaías fue la única persona, además de Jade, que confió en él, aun sabiendo que ese moreno alto e imponente ya no podía hacerle nada, sentía vergüenza de solo ver su foto.— Te falle, siempre nos dijiste a Jade y a mí, que debíamos ser positivos, que, si nos centrábamos en lo bueno de la vida, esta seria mejor, pero no puedo, te jure que la cuidaría, pero no lo hice, y ahora no está, la perdí Isaías, perdí a tu hermosa Jade y no se que hacer para recuperarla.La pena del rubio era tan grande que sus lagrimas comenzaron a caer una vez más, ni siquiera cuando visitaba la tumba de sus padres sentía aquel dolor.— ¿Eres el hijo de Isaías y Magnolia? — la voz de hombre lo sobre salto, luego de colocarse de pie vio al hombre vestido de negro y de cabello cano, no era familiar de Isaías,
Y así fue, lo que tenia que pasar paso, Loan lo esperaba furioso, incluso tenia su Jian en la mano, algo que hizo que los hombres que aun obedecían a Sug, desenfundaran sus armas. Pero de un rápido movimiento, Loan corto las manos de dos de ellos, dejando paralizados a los otros tres.— ¡¿Qué haces?! — lo increpo Sug al ver como dejaba lisiados a dos de sus mejores hombres.— Les advierto. — rebatió viendo a los otros tres. — En una semana tomare tu lugar ¡es lo que deseabas y es lo que tendrás! Pero… desde este momento, solo yo soy dueño de mi destino, y ese es proteger a mi esposa.— Ellos solo estaban cuidando de mí, su jefe…— Ya no, yo soy el jefe, tengo al tigre en mi espalda…— ¡Y puedo despellejarte si así lo deseo!— Es lo que esperaba que dijeras. — Loan agito su Jian y Sug retrocedió dos pasos.— ¡Loan! — advirtió viéndolo con temor, aunque sabia que no era su destino morir por su hijo.— La deje contigo por respeto. — recrimino lleno de furia. — La cuide durante una semana
Jade sabia que sin importar el tiempo que viviera en aquellas tierras, ella jamás comprendería la forma de pensar de sus habitantes.Luego de que las manitas le agradecieran en su idioma la confianza y afecto que la joven depositaba en ellas, se dispusieron a alistarla, la vistieron de rojo brillante, su vestido tenia algo americano, el corte de este era de estilo sirena, se amoldaba a su cuerpo, aunque no fuera el típico vestido de novia que utilizaría en Chicago y lo comprendía, el blanco en Pais X significaba luto, muerte, mientras que el color rojo simboliza amor, alegría y prosperidad. Su cabello fue recogido y decorado con decenas de horquillas, una más hermosa que la otra, estaba segura de que eran doradas por ser de oro, al igual que las gemas que poseían podía jurar que eran rubies, diamantes, zafiros y jades, solo eso explicaría su brillo, dejo que Kiyomo cubriera su rostro con una gasa también roja, Loan ya le había explicado que ese color predominaría en todo el lugar el d
¿Cuántas veces la había soñado desde que la vio por primera vez? Cientos. Aun recordaba esos meses que ahora parecían tan lejanos, luego de que la vio en el restaurante y después, cuando lo salvo en el puente, esas jades que tenía por ojos, cada vez que se sumía en un sueño reparador aparecían ante él, hipnotizantes, cargadas de dolor y soledad, pero también brillando esperanzadas de que todo podía ser mejor, luego, hacia presencia su boca, tan grande y carnosa, tan apetecible que lo único que le quedaba por hacer era despertar en medio de la negrura de la noche, agitado, excitado, por solo ver sus ojos y sus labios. Hasta que la casualidad toco a su puerta, ¿Cómo negarse a ella? Cuando le estaba ofreciendo en charola de plata a la joven que tanto lo había desvelado y de la cual ni su nombre sabia, claro que no perdería la oportunidad de hacer su movimiento, podría vivir con la culpa de que Jade pensara que él hacia todo aquello por regresarle el favor y salvarla de Wang, y en parte e
Nueva York:Derek veía el papel en su mano, las letras y números se veían borrosos, pero el hombre sabia que eso era solo porque sus ojos estaban repletos de lágrimas que pedían ser libres, ¿Cuánto tiempo llevaba soñando con ser padre? Desde que se caso con Maia, su primer amor, esa joven risueña, un par de años menor que él, tan blanca como la nieve, de labios rojos y cabellera negra, la mujer más hermosa que había conocido en su juventud, no fue mucho lo que tardaron en casarse, solo unos meses después que Kimberly, su prima y la mejor amiga de Maia. Vivieron un cuento de hadas, la joven era única, incluso le había perdonado que la noche de despedida de solteros él la engañara con una de las tantas mujeres que el idiota de Vincent había llevado al bar en el que Derek dejaría las noches de tragos y diversión atrás, para ver su futuro como un hombre de familia, ese fue su ultimo desliz y Maia lo perdono, solo porque Derek le había dicho la verdad, le confeso todo antes de pisar el alt
Jade sentía su rostro arder, tenía vergüenza y le parecía ridículo, las manitas la habían bañado a diario y Loan la había follado durante toda la noche y gran parte de la mañana, pero, aun así, esto no era normal, no de donde ella venia.— Pareces un hermoso melocotón, me tientas a devorarte una vez más. — los ojos de Loan brillaban, mientras su mano se movía con una seguridad única por el cuerpo de su esposa.— Dios, deja de decir esas cosas. — se quejó al tiempo que temblaba ya que Loan paso la esponja por su abdomen, no creía como su cuerpo se había vuelto tan sensible, o quizás solo era el hecho de sentir las manos de ese asiático sobre ella una vez más, aunque solo la estuviera limpiando.— No puedo, pero lo intentare, hare todo lo que este a mi alcance para complacer a la señora Zhao. — le encantaba decir que era su esposa, queria que todos la llamaran de esa manera. — Ahora esposa, es tu turno. — Loan no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro, Jade estaba cambiando de