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Después de la llamada
Después de la llamada
Por: AnaMartinez
Después de la llamada

Después de la llamada

Ana Martínez Osorio 

Todos los Derechos Reservados©

Código de registro: 2106028007385 

Ibiza - España 

Luces por todas partes, baile, sensualidad, bebidas y gente, todos bailando al ritmo del reggeaton. Me siento un poco formal con el traje que traigo puesto en este momento, pero la verdad, qué iba a saber yo que después de una audición iba a terminar en uno de los clubs más cotizados de Ibiza, todo porque me convencieron que sería la mejor forma de relajarse y alejar un poco de mi cabeza las 6 tediosas horas que pasé escuchando las mismas melodías una y otra vez. 

Torpemente camino entre la gente buscando a mis colegas, pero lo hago sin éxito, hay demasiado calor, personas y olores a aromas dulces que  creo comienzo a marearme, por lo que desisto de mi búsqueda y mejor me dirijo a la barra para pedir algo de tomar. 

―¡Una cerveza! ― Le digo a la chica que atiende y ella inmediatamente me sonríe y desaparece para servirla. 

―¿Cerveza? ¿En un lugar así? ― Escucho una melodiosa voz con acento francés que me hace voltear. 

Ante mis ojos, está una chica de ojos azules, cabello rubio y sonrisa encantadora, portando un vestido de lentejuelas plateadas que me deslumbra un poco,―yo me iría más por un sex on the beach.― Agrega. 

―Cerveza está bien, no vengo a emborracharme. 

―Entonces ¿a qué vienes? ¿Por tu hija? ― Bromea y supongo que el traje es lo que me delata. 

―¿Crees que soy padre de una adolescente? 

―No sé, puede que sí o ya sé… ¿Sugar Daddy? ― Indaga. 

―¿Crees que puedo ser el Sugar Daddy de alguien? 

―Tal vez, tienes más finta de eso.

La cerveza que pedí yace sobre la barra y sin pensarlo dos veces la tomo para refrescar mi garganta. Sólo sentir el frío líquido hace que el calor se vaya de inmediato y de pronto me siento mejor. La chica no despega la mirada de mí, por lo que decido regresarle la mirada cuando bajo la botella.

―Déjame adivinar ¿en busca de un Sugar Daddy?― Le interrogo. 

―¿Quién te hace pensar que no tengo uno? 

―Astuta. 

―Si te mueves en el mundo de los Sugar algo debes saber que cartas jugar, porqué tener uno cuando puedes tener dos o tres.―Dice murmurando el último número. 

Pido otra cerveza y luego me siento sobre uno de los banquillos de la barra.

―Tengo novia.― Hablo. 

―No soy celosa―contesta y toma un poco del cocktail que trae entre las manos,―si tienes novia ¿qué haces aquí solo? 

―Vine con unos colegas. 

―¿Colegas invisibles?,¿de esos que se ponen de excusa para  salir solo y conseguir una amante?

―No, colegas, colegas, no sé dónde están. 

―Y acabaste aquí conmigo ¿destino? ¿casualidad?―Habla con una voz tan sensual que me excita un poco. 

―Yo lo llamo “lugar desocupado al lado de la barra”, aún así ¿cómo te llamas? 

―Lorena, ¿bailas? ― Pregunta. 

Ella se pone de pie haciendo que su corto vestido se acomode y brille un poco más. Se acerca a mi, pasa una de sus manos sobre mi pecho y lo acaricia erizando mi piel―solo es una canción y a mi me gusta, no creo que tu novia se enoje ¿o sí? 

―Pues, al parecer no está aquí para averiguarlo.― Respondo dejándome llevar por este momento de sensualidad por el que estoy envuelto. Tiene razón, Vera no está aquí ¿qué tan malo podría ser bailar con otra mujer que no sea ella? 

Ambos caminamos hacia la pista de baile, la música aún es lenta como si estuviera esperando a que nosotros llegaramos para explotar y hacer que nuestro cuerpo se mueva. 

El ritmo empieza más rápido y la primeras palabras de la canción Tonight (I’m f***you) comienzan provocando una euforia en todo el lugar.Lorena se acerca a mí y pone mis manos sobre su cintura para después pegar su cuerpo lo más que pueda al mío rozando lugares en mi cuerpo que me causan un infinito placer. Ambos, nos movemos con el vaivén de sus caderas mientras mis manos comienzan a moverse para comenzar a tocar en otros lugares que estoy seguro pasan el límite en este momento. 

Lorena no deja de verme con esos ojos azules mientras me provoca, me habla con la mirada, me impulsa a que siga con ella a pesar de que sé que esto está mal, que ella no es con quién debería estar.Ella voltea su cuerpo de inmediato, pegando su espalda contra mi torso. Esta vez mi manos se van a la altura de su vientre y mis labios a la altura de su cuello. Por instinto, lo beso y ella sube una de sus manos y la coloca sobre mi nuca, comienza a jugar con ella provocando ligeras cosquillas en mí y alzando el rostro se pega a mis labios dándome un beso que termina por incendiar todo mi cuerpo. 

Los labios de Lorena son increíblemente sensuales, sabe cómo moverlos de una forma que me hace querer más y más, causándome un placer increíble que no quiero que termine aquí. 

―Entonces ¿qué dices?―habla―¿tonight?

―Mi hotel está un poco lejos.― Pongo de excusa. 

―¿Quién dijo que en un hotel? ― Responde y tomando mi mano de nuevo nos alejamos de la pista para salir caminando entre la gente hacia la salida del club― espera― me pide ella mientras se quita los tacones para llevarlos en las puntas de sus dedos―ahora sí, vamos. 

Tomo a Lorena de la otra mano y como si nos estuviesen persiguiendo corro junto con ella por toda la avenida mientras un sentimiento de aventura y libertad llega a mí. Me siento excitado, emocionado, lleno de vida, de pronto el cansancio se ha ido, el hartazgo ha desaparecido y lo único que quiero es llevarme a esta increíble y sensual mujer a la cama para hacerle el amor como jamás se lo han hecho. 

Ambos llegamos al muelle y después de abrir la puerta de seguridad que nos da acceso volvemos a caminar hacia el yate que hoy será nuestro lugar de encuentro. 

―¿Seguro que Vera no está? ― Pregunta coqueta. 

―No sé, tu dime.― Contesto excitado mientras después de abrir la puerta del camarote, la cargo entre mis brazos y la aviento sobre la cama haciendo que ella caiga y sus ojos azules brillen con la luz de la luna. Por un segundo la veo y sonrío, es tan hermosa, tan creativa, tan increíble, no puedo creer qué hayamos decidido tomarnos estas vacaciones para festejar nuestro aniversario de noviazgo. 

―¿Lorena? ― Pregunto y ella sonríe.

―No se me ocurrió otro.― Responde mientras comienza a quitarse la braga y la avienta en algún lado. 

Me quito el saco, me desfajo la camisa y me la quito para liberar mi torso que en este momento tiene demasiado calor por todo lo que ha pasado. 

―Desde que te teñiste el pelo de rubio te ves en verdad sensual, mi amor. 

―Sin salirse del personaje,― me regaña y acerca con su mano mi rostro al suyo y me besa sobre los labios,― ahora hazme lo que decía la canción y cógeme.― Murmura. 

―Como digas, Lorena.― Finalizo y sin que ella me lo pidiera dos veces levanto ese hermoso vestido que escogió justo ayer para la hazaña y entro en ella provocando un gemido. 

―¡Me encantas!― Murmura mientras comienzo a moverme dentro de ella. 

Vera se quita el vestido de lentejuelas como puede, lo deja a un lado descubriendo su hermoso cuerpo que me vuelve loco, ese con el que despierto cada día desde hace un año y que he besado y acariciado millones de veces haciéndola sentir todo el placer del universo. 

―Amo cuando te pones creativa, mi vida.― Le confieso mientras la volteo fácilmente con mis manos y la pongo boca abajo. 

―Amo cuando te prendes de esa manera.― Contesta mientras se pone de rodillas y deja que entre en ella. 

Algo que amo de Vera es que siempre está dispuesta a experimentar cosas y no es nada tímida en la cama, lo que hace nuestra vida sexual tan rica y divertida que disfrutamos de tantas maneras como nos es posible, por lo que este “role play” que planeamos para festejar nuestro aniversario ha sido una de las tantas ideas que se nos ocurren mes a mes. 

Vera toma la almohada y la muerde mientras yo sigo moviéndome en ella, puedo sentir cómo las gotas de sudor recorren mi espalda y mi pecho y veo esa sensual imagen que me hace moverme cada vez más rápido y profundo. Entre el movimiento del bote, los gemidos de Vera y mis embestidas, ambos terminamos de una manera increíble interrumpiendo todo el silencio que había alrededor de nosotros. 

Por un momento nos quedamos en silencio disfrutando de lo que acaba de suceder, puedo sentir toda su piel erizada y veo cómo sus manos se aflojan poco a poco soltando la almohada. 

―¿Crees que nos escucharon? ― Pregunta y saliéndonos completamente del papel que veníamos protagonizando comenzamos a reír. 

Salgo de ella con cuidado y beso ligeramente su trasero que aún yace un poco levantado, siento su suave piel que me sabe a sal por el sudor― no me importa, si te soy sincero. 

Vera se recuesta sobre un lado de nuestra cama y yo lo hago enfrente de ella. Nuestras miradas se cruzan y ella me sonríe acariciando mi rostro que en este momento se siente como lava ardiendo de toda la agitación. 

―Te amo Javier Montenegro, te amo como nunca he amado a nadie. 

―Te amo Vera Moretti, eres la melodía que yace en mi,―recito―feliz aniversario mi vida. 

―Feliz aniversario, me encanta festejarlo en este viaje, ojalá pudiéramos hacerlo toda la vida.―  Confiesa.

―Toda la vida, me gusta esa frase en tus labios.―Replico y vuelvo a besarla para volver a hacerle el amor una vez más. 

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