Así que no había mucho que hacer, Luara ya no hablaba mal de los Vampiros ni de la desaparición de Davi.

Sabía que tenía una base de culpa, no tenía idea de que iba a maldecir a David.

Si David hubiera sido un humano en ese momento habría muerto, a pesar de que David era un vampiro, pasó 50 años sufriendo una maldición.

La noche pasó rápido, Davi y Luara se abrazaron toda la noche.

La atracción sexual que sentía David no era una broma.

No recordaba la experiencia de ponerse duro, pero en ese momento se sintió como una tortura.

Sin embargo, no dejó de abrazar a Luara, los besos que se daban los dos parecía que se iban a quitar el Alma el uno al otro.

Davi sentía que podía perder el control en cualquier momento, pero no dejaba de besarla.

Luara quiso esperar hasta casarse y él respetó esa decisión.

Sólo quedaba una noche y él podía manejarla sin importar lo difícil que fuera.

Luara nunca pensó que se arrepentiría de su decisión de tener sexo solo después de la boda, estaba tan emocio