Lizandro entró en pánico, su bebé ha venía la larga espera estaba apunto de terminar, los últimos cuatro meses del embarazo de su amor, habían sido  un tanto complicados, Violet estaba muy sensible  lizandro le ayudaba a ducharse, a ponerse los zapatos, masajeaba sus pies cuándo le dolían, el último mes la barriga no la dejaba dormir Lizandro ponía almohadas en la espalda de ella para qué pudiera respirar mejor, sin contar las docenas de veces que la encontraba en el balcón llorando por qué estaba muy gorda,

El empresario le tenía toda la paciencia del mundo, hasta hubo una vez que fueron de compras a un centro comercial, una chica  le estaba coqueteando  lo despidió más amable de lo normal, Lizandro solo dijo gracias por educación pero de mala gana, camino al auto Violet ya estaba llorando por qué decía qué  la chica le había gustado, que entendía por que ella estaba muy gorda y fea haciendose mil películas en la cabeza,

Cariño yo solo tengo