"Él jugaba hacer ángel mientras tenía al demonio por dentro".

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Caminó de un lado a otro llevando unos papeles de un edificio a otro a pesar de que su trabajo era de secretaria también hacia el papel de asistente de personal de Leviatán Silverman, algo que siempre se le complicaba no el hecho de hacer lo que se le pedía si no porque cada vez que entraba a la oficina para dejar cualquier papel o llevar cualquier visita sentía una presión tan fuerte que hacía que perdiera el oxígeno de sus pulmones y se ahogara poco a poco algo que le parecía extraño al igual que sus compañeros de trabajo los cuales parecía muertos vivientes que jugaban hacer persona, no sonreían y solo sonreían  de manera tétrica y sin ningún emoción alguna lo que le causaba algo de repelús el ambiente en el que laboraba, Laura la persona que me estaba guiando no la habia vuelto a ver en los pasillos de la empresa ni el comedor del lugar, y la otra cuestión era mi enigmático jefe cada vez que estaba cerca de él sentía una debilidad en las piernas a la vez de una excitación tan fuerte que a veces me mojaba con tan solo su presencia algo que realmente me avergonzaba porque ella yo no era así, su mirada  quemaba como fuego y su tacto me estremecía de pies a cabeza y a la vez sentia una familiaridad con el que como si lo conociera de toda la vida, niego con la cabeza mientras dejaba que las gotas de agua caliente de la ducha me relajaran después de un dia cansado en el trabajo, no había podido cenar apenas puse un pies en el apartamento me meti a la ducha porque sabia que una vez que saliera me tumbaría a la cama para recargar energía nueva

Hizo una leve oración y cerré los ojos inmediatamente dejándome acurrucar por los brazos de morfeo. 

Vio con lujuria sus blanquecinas piernas tal y como las tenía en el pasado, toco suavemente sus piernas mientras la observaba suspirar, vio el contorno de sus pechos y como este estaban cubierto por una diminuta tela, gruño molesto porque sentia un dolor punzante entre las piernas, antes de tocar su cabello sintio una presencia detrás de el, este se desapareció como humo.

Cecil toco la mejilla de su hermana mientras suspiraba nervioso, vio las facciones delicada de aquel dulce ángel que dormía ajena a lo que habia pasado minutos atrás, se acercó a la ventana y hizo un pequeño círculo de protección para protegerla y que nadie más entrara a la habitación a excepción de ellos.

- ¿Porque comiste tambien del fruto prohibido Angelique?

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Se posiciono a su lado mientras miraba la presentación de algunos de los inversionista que exponía una de sus nuevas ideas para le importación marítima de algo que aun desconocía y que por ende su jefe no habia querido entrar a detalle con ella, este la vio de reojo y sonrio con diversión en eso el ambiente se puso totalmente rojo al igual que las personas, cerró los ojos creyendo inútilmente que era por la falta de luz que ya le estaba fallando la vista, volvió abrir los ojos y lo que vio la dejó pasmada de miedo, tantos las paredes como la mesa estaban manchado de sangre, los inversionista que estaban vestido de manera elegante ahora era unos monstruo con grandes ojos rojos y una columna deforme estos estaban devorando una mujer mientras esta gritaba desesperada, la sangre de la mujer salpico su rostro y vio la sonrisa divertida de los hombres, uno se acercó a ella mientras lamia su mano, está chillo del miedo y salió gritando del lugar, vio que el lugar estaba igual de rojo y escucho el llanto de un bebe corrió para ver al infante y lo que vio la hizo vomitar, el bebé estaba comiendo el brazo de su mama mientras esta sonreía como si fuera lo más normal del mundo, salió de ahí con el cuerpo débil cuando sintió una voz en su oído.

“Nunca te libraras de mi".

Sintió su cuerpo debilitarse mientras se desplomaba en el suelo. Abrió los ojos de golpe y vio como estaba de nuevo las luces encendidas, vio a su jefe y este estaba conversando tranquilamente con uno de ellos, vio la mesa y estaba llena de algunos papeles y tazas de café, alguien toco su hombro y chillo del susto, vio la sonrisa de hombre y quiso besar su mano pero esta la aparto.

- Pero que mujer más extraña.

Dantalion se acercó a ella mientras ponía una mano en su hombro a lo que sintió un enorme alivio.

- Ella solo es un poco tímida y tampoco me gustan que tenga ese tipo de tacto con ella. - Hablo de manera fría.

Este se encogió de hombro y se dio la media vuelta, Dantalion acaricio su mejilla y vio un rubor en sus mejillas.

- Descuida, conmigo nada malo te pasará.

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Cecil observó a su amigo mientras abria la caja que tenía entre sus manos.

- Es la hora de darle lo que le pertence por derecho.