Tragué saliva y rápidamente le besé los labios, pero antes de que pudiera retroceder, me agarró la nuca y me acercó para darme un beso hambriento. Sus labios se movieron contra los míos en un ritmo lento y exquisito. Podía sentir su mano en mi asiento golpear mientras la retiraba.

Grité y lo siguiente que hice fue sentarme en su regazo cuando uno de sus brazos se deslizó alrededor de mi cintura y su otra mano agarró mi trasero mientras me daba un apretón brusco que me hizo dar un salto hacia adelante con un grito ahogado.

Aprovechando mi jadeo, deslizó su lengua en mi boca mientras su lengua acariciaba la mía provocando escalofríos placenteros por mi columna.

Mis manos agarraron sus hombros con fuerza mientras Jason agarraba un puño de mi cabello e inclinaba mi cara para tener un mejor acceso mientras profundizaba el beso.

El auto estaba lleno de ruidos pecaminosos que hacíamos con nuestro beso mientras mis oídos comenzaban a calentarse.

Chupó mi lengua mientras agarraba su cabel