Estos silencios entre nosotros cada vez son más comunes, mas comodos, como si el mismo silencio hablara por nosotros, tengo tantas cosas que decirle que siempre prefiero callarme hasta explotar como lo hice hoy en la tarde cuando le envié ese sms, sus profundos ojos de color miel me miran como si fuera la única cosa que él quiere ver.

Desvió mis ojos de los suyos en busca de sus labios, que son rojos y perfilados, enmarcados con esa barba que lo hace lucir despreocupadamente sexy, su ceño se frunce logrando que un par de líneas de expresión se marquen en él y sus facciones se endurecen y sus ojos brillan con cierta frialdad o malicia.

– Solo hay dos reglas Nisha – su voz es un susurro ronco, que hace que el vello de mi nuca se erice.

– ¿c–cuáles son? – pregunto con voz temblorosa a causa de la ansiedad y el efecto abrumador que tiene en mi

No dice na