El hombre levanta su rostro y me ve sin dejar de sonreír, tose un poco y luego ve a Claus, de vuelta a mí y comenta en voz baja, entrecortada por la falta de aire

– Si esperan… que les diga algo sobre ella… lo único que puedo… decirles… es que la muy zorra no para de luchar – sus palabras salen de su boca en tono burlón

Incluso Claus se endereza en la silla al escuchar sus palabras y me observa serio, buscando una reacción en mí, sus palabras se repiten en mi cabeza como una maldita grabación y lo único que quiero es estrellar su cabeza contra el suelo y no dejar nunca de golpearlo.

Me separo de él y levanto mi cara al techo de la habitación, suspiro ruidosamente mientras escucho la pesada respiración del cabron de mierda que cree que todo esto es un maldito juego. La cosa es que en este momento no hay nada más serio que ella.

Me ace