capitulo 4

Alexandra.

Tomé asiento y mantuve mi mirada lejos de la suya, no quería verlo no queria recordar tenia miedo, miedo de sentirme fuera de si porque entonces el castigo seria peor. Tome mi copa llena de agua y le di un trago, y mantuve mi mirada en mi plato vacío. No quería aquel depravado cerca de mí, temblaba;mis piernas estaban convertidas en gelatina y mis manos sudaban a mares ¿Qué podía hacer?¿Marcharme? Aunque era una opción, pero enojar a don Federico tenia que estar fuera de ese alcance, él podía hacerme más daño. Lo conocía para él ser perfectos era sus día a día.

No quería salir herida pero tampoco quería morir callada. No quería ser una más.

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